La crisis del coronavirus ha provocado una cascada de cancelaciones feriales en toda España. Desde que la pandemia obligó a suspender el Mobile World Congress (MWC) en febrero, el calendario nacional de exposiciones ha perdido 56 eventos, la mitad de ellos en Cataluña. En Barcelona, algunas muestras icónicas como Alimentaria o el Salón Náutico se han aplazado hasta 2021, mientras que otras han programado ediciones de menor tamaño.
Este parón ha golpeado duramente a la tupida red de empresas que prestan servicios a la Fira de Barcelona. Antoni Audi, representante del sector, advierte de que miles de puestos de trabajo corren peligro si no se revierte esta situación. "Para montar un stand se necesitan pintores, carpinteros, electricistas, fotógrafos, decoradores... todo es de alquiler y se trae de fuera", indica, "somos centenares de pymes que nos implicamos en cada feria". En este contexto, los proveedores reclaman una reorientación estratégica de los certámenes para capear lo que queda de temporada o, de lo contrario, se verán abocados a pérdidas astronómicas.
Apostar por ferias de proximidad
Audi reclama una inyección de realismo para sortear un annus horribilis para el sector. "Las ferias tienen que bajar el listón y asumir que las ediciones deben ser más nacionales que internacionales. Hay que apostar por formatos más modestos y por atraer al cliente de proximidad", explica el empresario. "Pero la cuestión es hacer algo, no cancelar a la primera porque se pierden algunos clientes importantes", resume. De lo contrario, este portavoz pronostica la ruina para las compañías. Tan solo la anulación del MWC hizo un roto de 220 millones en las pymes vinculadas de forma directa con el salón tecnológico.
Pimec se ha sumado a estas reivindicaciones al proponer la reanudación de los eventos presenciales. Pese a que la organización reconoce las ventajas de los encuentros virtuales, señala que sin la vuelta a la normalidad será difícil solucionar la complicada coyuntura que atraviesan las pymes que abastecen a los expositores. Además, la patronal lanza una pulla a la entidad ferial por lo que considera una escasa consideración hacia las pequeñas y medianas empresas. "Los órganos de gobierno de la Fira de Barcelona deberían incorporar una mayor representación de las pymes para garantizar su voz en las decisiones que se toman”, declara Ángel Hermosilla, gerente del área institucional de la organización empresarial.
Foment: "Actividad con precauciones"
Fuentes de Foment del Treball comparten la preocupación de los proveedores por la agenda casi vacía de la Fira, si bien señalan la dificultad por armonizar la vuelta a la actividad con las medidas de prevención anti-Covid. "Hemos aprendido que tenemos que convivir con el virus, por lo cual nuestro objetivo es que, con todas las precauciones sanitarias, se gestione la actividad", apuntan. Al igual que las oficinas y las fábricas recuperarán el empleo en otoño, la patronal demanda equilibrar la reactivación económica con las recomendaciones de las autoridades para minimizar la propagación del virus.
Las pymes no son reacias a este planteamiento. Audi recuerda que la Unión de Ferias Internacionales (UFI) cuenta con protocolos estrictos para llevar a cabo los certámenes. "Contamos con pasillos de desinfección, carriles unidireccionales, instalaciones de aire que garantizan la ventilación interna... Hay suficientes medidas para mantener la seguridad", recuerda. De hecho, el empresario indica que el BizBarcelona y el Salón de la Ocupación se celebrarán conjuntamente entre el 21 y el 23 de septiembre y seguirán un formato híbrido presencial y digital. Serán la prueba de fuego para retomar la actividad. "Estas ferias son el ejemplo de lo que debería hacerse a partir de ahora para impulsar el sector", sentencia.