Un piso reformado, delante del Camp Nou, en el barrio de Les Corts de Barcelona, con tres habitaciones y dos baños. Suena bien ¿verdad? Pero su precio, sin embargo, no está al alcance de todos. Roza los 2.000 euros al mes.
Los portales de inmobiliarias y promotoras se están llenando cada vez más de pisos de lujo, o no tanto, en alquiler y ubicados en las zonas más premium de la ciudad barcelonesa a la caza del inquilino que los pueda pagar. ¿El motivo? “Se ha incrementado la oferta en alquiler porque el cliente internacional se ha marchado a su país de origen por la pandemia. En concreto, en nuestro caso, se ha multiplicado por tres el producto que tenemos de alquiler, tanto de lujo como de no lujo”, subraya Albert González, director de la división de alquileres de Engel & Völkers en España a Crónica Global.
Adiós al inversor internacional
Lo que buscan los usuarios en tiempos de crisis, como la que ha provocado el coronavirus, es ahorrarse dinero y por eso, según González, algunos abandonan las zonas altas de algunas ciudades para irse a la periferia, dejando sus anteriores viviendas vacías. Además, los compradores o inversores internacionales han desparecido por la crisis.
“Antes venían más extranjeros y, por eso, en algunas zonas los precios tienen una tendencia hacia la baja. Ahora sólo compran los que tienen liquidez y van en busca de oportunidades”, añade González.
De la venta al alquiler
Fuentes del sector inmobiliario insisten en que algunos propietarios se han dado cuenta de que la venta no es algo factible en estos momentos y se lanzan, poco a poco, a alquilar sus propiedades, ya sea para una temporada de once meses o para un período más largo de cinco años y lo que buscan son inquilinos solventes. “Priman los perfiles que trabajan en grandes multinacionales o con una estabilidad laboral.
También hay inquilinos que se aprovechan del momento de crisis para encontrar pisos más premium y pagar lo mismo que antes desembolsaban por un espacio más pequeño o con otras condiciones”, explica Montse Moreno, vicepresidenta de la Asociación Española del Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI).
Alquileres turísticos sin turistas
El economista y profesor de la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos, recuerda que un número importante de viviendas en Barcelona estaban destinadas al alquiler turístico. No obstante, con la llegada de la pandemia el turista ni está --sobre todo el de fuera de España-- ni se le espera, por lo que ahora esos inmuebles están pasando a un régimen de alquiler temporal o tradicional con bajadas de precios.
“Comprar un piso, reformarlo y ponerlo en alquiler con la idea de que un extranjero se instale es algo que ya se ha acabado. Por eso, la caída de los precios todavía está en el prólogo. De momento, en las zonas altas todavía hay muchas viviendas en alquiler que no han ajustado su coste, pero tendrán que acabar haciéndolo porque muchos directivos han vuelto a sus países de origen”, asegura.
Caída de los precios
De hecho, este experto augura un descenso de los precios en un año en Barcelona de hasta un 20% en zonas como Sant Gervasi, Les Corts y el Eixample --destino más enfocado al turista-- porque se ha perdido el cliente original que era el internacional.
Sin embargo, González de Engel & Völkers se muestra un poco más optimista y asegura que, aunque habrá ajustes de precios, las bajadas se situarán “como mucho” entre un 10% y un 15%.