El Gobierno de la Generalitat ha llegado a la conclusión de que las políticas de inversión del Estado en lo que va de siglo, que considera discriminatoria con Cataluña, ha contribuido de forma decisiva a menguar el crecimiento de la comunidad autónoma.

En concreto, un estudio elaborado por el propio Ejecutivo autonómico, con la colaboración de la AQR-Lab de la Universidad de Barcelona, apunta que la falta de inversión del Estado restó 9,8 puntos al PIB de Cataluña entre los años 2002 y 2017.

 

 

Torra durante el pleno del Parlament / TWITTER

Un 1,1% más en 2017

En total, nada menos que 23.820 millones de euros se habrían detraído de la actividad económica de Cataluña en esos quince años, según el Govern.

El informe asegura que si el Estado hubiera invertido en Cataluña lo que le corresponde por su peso económico durante ese periodo, el PIB hubiera sido un 1,1% superior en 2017 al registrado.

Penalizada también por balanza fiscal

Este resultado se explica por el efecto directo que tiene un aumento de la inversión pública sobre el PIB y el incremento que se hubiera podido provocar en la inversión privada y las exportaciones.

Hace apenas unos días, la Consejería de Economía y Hacienda apuntaba que las balanzas fiscales habían sido desfavorables a Cataluña desde que en 2009 se implantó el actual sistema de financiación autonómica.

Empleo

Es decir, que la aportación del Estado a Cataluña durante todo este tiempo ha sido inferior a la contribución de la comunidad autónoma a las arcas públicas centrales.

La reivindicación del Gobierno de Torra también está relacionada con el empleo, ya que el déficit de inversión que denuncia afecta directamente en los datos de ocupación. De acuerdo con el estudio mencionado, durante el periodo 2002-2017 podrían haberse dejado de crear entre 29.500 y 113.000 puestos de trabajo.