Golpe histórico del Banco Santander. La crisis del coronavirus provocó que la entidad registrara pérdidas por primera vez en su historia y se dejara 10.798 millones de euros en los primeros seis del año tras sanear (reducir) el valor de sus filiales en Reino Unido, Estados Unidos y Polonia. Así, la compañía presidida por Ana Botín ha presentado este miércoles un deterioro contable de 12.600 millones, según ha comunicado a la CNMV.
A diferencia del grueso de la banca, que ha visto afectados sus números por el impacto de las provisiones, en el caso del Santander se ha producido por el escenario que ha dejado la pandemia en los mercados donde opera. El banco obtuvo un benefico neto de 1.908 millones en el primer semestre, un 48% menos que en 2019. En cuanto a regiones, el rendimiento cayó un 54% en Europa, un 29% en Norteamérica y un 13% en Sudamérica. En el caso de España, el beneficio ordinario bajó un 64%, hasta los 251 millones, por menores ingresos financieros y el aumento de las provisiones.
Sin impacto en el capital
El ajuste en las filiales del banco se produce tras la actualización de los fondos de comercio y los créditos fiscales, aunque no tiene impacto ni en la liquidez ni en el capital del grupo, cuya solvencia en términos CET1 sube al 11,84%.
"Los últimos seis meses nos han planteado uno de los mayores desafíos de nuestra historia", ha explicado Botín, que asegura sentirse "muy orgullosa de la respuesta que ha dado el banco". "Tenemos plena confianza en el potencial de nuestro negocio para crear valor. Estamos acelerando los planes de transformación para aprovechar nuestra escala y las fortalezas de las regiones y los negocios globales, con especial foco en simplificar las operaciones y mejorar la experiencia del cliente, la rentabilidad y la eficiencia".
Aumento de la cartera de préstamos
El banco ha impulsado la actividad de pymes y empresas mediante el reparto de casi 24.000 millones a través de créditos ICO en 150.000 operaciones, que elevan la cartera de préstamos de 11.000 millones en el segundo trimestre. Asimismo, los préstamos y anticipos a la clientela se situaron en 934.796 millones de euros, tras crecer un 2,9%, mientras que los depósitos sumaron 846.832 millones, un 3,9% más que en junio de 2019.
Además, la morosidad bajó al 3,26% desde el 3,51% en que se encontraba el año anterior, con una ratio de cobertura para insolvencias que mejoró hasta el 72% desde el 68% anterior.