Banco Santander intensificará su proceso de transformación hacia los canales digitales en detrimento de las oficinas físicas como estrategia para contener costes. La entidad ha aventurado que el impacto en la plantilla será desigual, con reducciones en las sucursales, aunque no ha dado números del recorte. Así lo ha explicado el consejero delegado de la compañía, José Antonio Álvarez, durante la presentación de resultados hasta junio, periodo en el que se han registrado pérdidas históricas por valor de 10.798 millones, y que se arrastrarán durante el resto del año.
Las pérdidas contables del Santander, que a media sesión se dejaba un 3,45% en la bolsa y era el valor más bajista del Ibex 35, se deben al saneamiento de sus filiales en Reino Unido, Estados Unidos y Polonia. Además, la entidad ha apartado 7.000 millones en provisiones, un 78% más que en el primer semestre de 2019, para contener futuros impagos crediticios a consecuencia de la crisis del coronavirus. Con todo, Álvarez ha asegurado que la previsión es que los resultados mejoren en el segundo semestre siempre que las economías mantengan el proceso de reapertura y no se produzca una vuelta atrás de la pandemia.
Pérdidas contables para 2020
La tasa de morosidad del banco se colocará por encima del 3,26% a final de año, según las previsiones de la entidad, motivo por el que se ha acometido una mayor dotación para afrontar las pérdidas en los créditos. De hecho, Álvarez ha sostenido que por el momento no se ha observado un aumento de las demoras, aunque se prevén en los próximos meses en función de los modelos de comportamiento aplicados. Se han concedido moratorias al 23% de su cartera de hipotecas, al 10% de los créditos al consumo y al 6% de pymes y empresas. Cerca del 80% de los aplazamientos son para particulares, según la entidad.
Álvarez ha manifestado que el negocio ordinario del banco sigue dando beneficios —1.908 millones hasta junio— y ha estimado que en la segunda mitad del año se supere esta cifra, aunque no bastará para superar la caída de este semestre, por lo que la entidad cerrará el año con pérdidas contables.
Cierre de oficinas
Asimismo, el CEO del banco ha apostado por aprovechar la situación actual para profundizar en la transformación, que se basará en simplificar operaciones y “aprender del cambio de comportamiento de los clientes durante la pandemia”. Álvarez ha reconocido que la nueva estrategia requerirá el cierre de oficinas, que ya antes del coronavirus perdían un 8% de las operaciones anuales en favor del online. Con todo, el consejero delegado ha evitado dar números sobre el impacto que tendrá en la plantilla: “Las plantillas crecerán en algunos lados y disminuirán en otros. El comportamiento de los clientes determinará la intensidad y la adecuación de los medios. La oficina física está perdiendo importancia”.
Sobre el reparto de dividendo previsto para este año, mediante al que se retribuirá a los accionistas con un pago en acciones (scrip) de 0,10 euros por título, Álvarez ha considerado que no hacerlo puede tener “perjuicios” como que “el coste de capital suba y las cotizaciones caigan”.