Los bares, restaurantes y demás empresas del sector de la restauración de Lleida quieren volver a levantar sus persianas. Desde hace casi diez días su actividad fue reducida por indicación del Govern, como medida contra la expansión del coronavirus en la ciudad, un hecho que los restauradores ven injusta y ampliamente lesiva desde el punto de vista económico.
Empresarios y trabajadores del sector se concentraron ayer en la plaza Sant Joan de Lleida para instar a la Generalitat a levantarles la restricción de su actividad. "No queremos pagar los platos rotos de la crisis", aseguró Dani Consuegra, propietario del grup Astoria y presente en la manifestación. "No podemos más", revelo el presidente de la Federación de Hostelería, Josep Castellarnau, en referencia a la situación de los establecimientos, que calificó como "un drama".
Cacerolada y platos rotos
La concentración no se limitó a gritar consignas como "queremos trabajar", alzar pancartas con y exponer públicamente sus críticas y peticiones al Govern. Utilizaron sus instrumentos de trabajo diario para hacerse escuchar: las cacerolas, cuberterías y utensilios de cocina de madera sirvieron para mostrar el descontento de la restauración ilerdense, que incluso llegó a romper platos en la céntrica plaza de la ciudad para simbolizar su malestar.
La federación del sector expuso que existen 4.000 empresas de restauración en la demarcación de Lleida que dan trabajo a unas 10.000 personas. A pesar de estos números, critican que la Generalitat les tiene "olvidados" y menospreciados con respecto a los bares y restaurantes de otras zonas de Cataluña también afectadas por los rebrotes del Covid-19. "¿Por qué nosotros estamos cerrados y en L’Hospitalet siguen abiertos?", preguntó Castellarnau.
20% de cierres previstos
Los cálculos realizados por la organización empresarial estiman que un 20% de los locales de Lleida cerrarán por la crisis del coronavirus y las consecuentes restricciones de actividad del Govern. "Si quieren este territorio vacío, al final lo tendrán", alertó el presidente de los hosteleros, que asegura que desde el 4 de julio --día en el que la Generalitat decretó el confinamiento del Segrià-- "nuestros ingresos comenzaron a ser nulos".