Alemania presidirá los próximos seis meses la Unión Europea, con Angela Merkel al frente, y deberá conducir el debate sobre cómo aprovechar bien el fondo de reconstrucción europea, que todavía no se ha aprobado. Justo cuando se decidía la presidencia del Eurogrupo, con la candidatura de la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño –que ha perdido frente al irlandés Donohoe—el embajador de Alemania en España, Wolfgang Dold, alababa el “papel de España”, y la importancia de un país en un momento de transformación Europea, con una indicación clave: “Habrá condicionalidad, pero no hombres de negro, el fondo de reconstrucción debe ser y será solidario”.
Dold ha constatado, en un debate organizado por Tribuna Barcelona, que Europa se enfrenta a un momento decisivo que se debe entender como una oportunidad para transformar el modelo económico, y orientar a la Unión Europea hacia el futuro. Por ello, y gracias a medidas como ese fondo de reconstrucción, que se sigue negociando y que se decidirá en un Consejo Europeo la próxima semana, Europa “deberá recuperar soberanía, una soberanía industrial y digital, para hacer frente a los nuevos retos”.
Proyectos en energía y digitalización
El embajador ha considero que el proyecto europeo debe recuperar y poner en el centro la “solidaridad”, pero no para atender a los países más perjudicados por la pandemia del Covid, sino para robustecer el marco europeo, con políticas que ayuden al conjunto de países. En esa línea ha insistido en que esta vez, en comparación con la crisis de 2008, no habrá “hombres de negro”, pero si “condicionalidad” para que los recursos vayan destinados a esos grandes proyectos: reindustrialización, energías verdes y digitalización del tejido empresarial.
“La reindustrialización no será volver al pasado, sino que debe incorporar altas dosis de innovación”, ha indicado Dold, lo que ofrece una ventana de oportunidad para países como España, pero que exigirá un esfuerzo mayúsculo. El dinero que venga de Europa, por tanto, no será para regresar a la situación anterior a la pandemia, sino para acelerar procesos de transformación del modelo productivo.
Soberanía frente a los competidores
Alemania apoya a España, como ha asegurado en diversos momentos de su intervención el embajador alemán, pese al varapalo que ha sufrido este jueves el Gobierno español, al no poder elevar a su vicepresidenta, Nadia Calviño, a la presidencia del Eurogrupo. Eso constata que, aunque Alemania había apoyado ese nombramiento y se ha mostrado a favor de que el grueso de ese fondo de reconstrucción se canalice a través de transferencias y no de avales o créditos, la Unión Europea se mantiene dividida, con un peso notable de los países más liberales y exigentes con el sur, que han designado al irlandés Donohoe.
Dold, en todo caso, ha incidido en que es el momento de luchar por esa Europa “más fuerte, más solidaria y más soberana”, en una competición con China y Estados Unidos que ha dejado a la Unión Europea en una situación de dependencia en campos como la tecnología, o la inteligencia artificial. “Tenemos que ser independientes en determinados ámbitos, en la capacidad tecnológica, en tecnologías como los ordenadores cuánticos”, ha señalado el embajador, con la esperanza de que se llegue a ese acuerdo para impulsar el fondo de reconstrucción.