Una de las primeras víctimas de la crisis del coronavirus en el sector hotelero de Barcelona ha sido el Grupo Majestic. La firma, propiedad de la familia Soldevila, ha echado el cierre al hotel Murmuri, ubicado en Rambla de Cataluña, tras el desacuerdo con la propiedad para rebajar el precio del alquiler, tal y como indican fuentes del sector a Crónica Global.
El Murmuri, de carácter más íntimo y moderno que el Majestic, el buque insignia que da nombre al grupo hotelero, contaba con 53 habitaciones y dos suites distribuidas en cinco plantas. Además, también tenía un espacio para la celebración de eventos. El edificio se encuentra en estos momentos vacío y ya no figura ningún letrero ni referencia a sus antiguos inquilinos.
Falta de acuerdo
La situación responde a la falta de acuerdo para abaratar el precio del arrendamiento a consecuencia de su cierre durante el estado de alarma y a la escasez de turistas que se espera tras la recuperación de la normalidad. Según los mismos interlocutores, hasta la fecha el grupo de los Soldevila pagaba una factura mensual cercana a los 100.000 euros por explotar el espacio. El impacto de la caída de actividad les llevó a abrir conversaciones con los dueños del inmueble, otra patrimonial familiar centrada en el inmobiliario, con el objetivo de rebajar este coste. No se llegó al ansiado pacto, por lo que los gestores del Majestic han decidido centrar sus esfuerzos en el resto de los establecimientos de la compañía y vaciar el edificio. Los portavoces oficiales de la hotelera han declinado comentar la reordenación obligada del portfolio de la compañía.
Pese al cierre del edificio de la Rambla, la marca Murmuri sigue activa. La firma cuenta con dos espacios de apartamentos, Residence Mercader y Residence Concepció, que aún reciben comensales. Asimismo, las reservas que entran por la web para el ya extinto local se derivan al hotel Midmost, también propiedad del grupo y ubicado en la cercana calle de Pelai.
Rebajas de los alquileres
La marca Murmuri se encuadra en la división Boutique del grupo, junto a los hoteles Midmost y Denit también situados en la capital catalana. Asimismo, la familia Soldevila cuenta con una sección de establecimientos de lujo conformada por el Majestic y el hotel Sant Francesc situado en Mallorca. La empresa también gestiona los tres establecimientos de la cadena MiM, cuyo propietario es Leo Messi y tiene presencia en Sitges, Ibiza y Mallorca.
Con todo, la problemática del grupo hotelero se extiende al resto del sector en Barcelona. El grueso de empresas negocia con los propietarios de sus edificios rebajas de los alquileres para poder capear la situación actual, marcada por la llegada de turistas a cuentagotas y unos resultados lastrados por tres meses de inactividad.