Repsol promoverá, a través de su filial Petronor, dos proyectos industriales de primer nivel en España relacionados con combustibles limpios, en una operación que también supondrá el comienzo de actividades en España del gigante petrolero saudí Aramco.
El consejero delegado de la cotizada española, Josu Jon Imaz, ha anunciado este lunes la construcción en Euskadi de una planta de producción de combustibles sintéticos, con cero emisiones netas, y otra planta de pirólisis para la generación de gas a partir de residuos urbanos.
Inversión de 80 millones
Las instalaciones estaño situadas en Euskadi, como primera opción en el puerto de Bilbao y su entorno, y supondrán una inversión inicial de 80 millones de euros, aproximadamente. Los socios de Repsol serán Petronor, el Ente Vasco de la Energía (EVE) y la propia Saudi Aramco.
Los proyectos se enmarcan en la estrategia de Repsol de convertirse en una compañía neutra en carbono en el año 2050, acorde con el Acuerdo de París.
Colaboración público-privada
En un presentación telemática, Imaz señaló que Repsol avanza "decididamente en la transición energética" y ha situado los proyectos como un "nuevo ejemplo de la necesaria colaboración público-privada" para afrontar retos como el de la lucha contra el cambio climático e impulsar al sector industrial de valor añadido "como una de las claves para lograr una rápida recuperación económica".
El primer proyecto, en el que se invertirán inicialmente 60 millones, consiste en la construcción de una de las mayores plantas de producción de combustibles sintéticos cero emisiones netas del mundo a partir de hidrógeno verde, generado con energía renovable. En su primera fase, la planta producirá 50 barriles al día de combustible sintético, con cero emisionribuir des netas de CO2 en todo su ciclo productivo, y durante este mismo 2020 se prevé que dé inicio la ingeniería conceptual del proyecto.
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Mientras, el segundo supondrá una inversión inicial de 20 millones de euros, liderada por Petronor, y consistirá en una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos como papel, cartón, plásticos o telas, previamente tratadas. El gas obtenido se empleará para sustituir parte del consumo de combustibles tradicionales que la refinería vasca, una de las de mayor capacidad del Estado, utiliza en su proceso productivo.
En una primera fase, la nueva planta de pirólisis podrá procesar unas 10.000 toneladas al año de residuos urbanos y su capacidad podrá ampliarse en fases posteriores hasta 100.000 toneladas al año, aproximadamente, el equivalente a todos los residuos urbanos del entorno.