Los devastadores efectos del coronavirus en la economía, en general, y en el sector de la hostelería, en particular, han empujado a Freixenet a acordar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para 1.050 trabajadores.
La medida afecta de forma mayoritaria a los trabajadores de las bodegas del grupo aunque también incluye a empleados de otros departamentos como el comercial y también a los que trabajan para las delegaciones que se sitúan fuera de Cataluña.
Reducción de jornada
La compañía ha tomado la decisión debido a “causas económicas, técnicas, organizativas y de producción”, relacionadas estrechamente con la situación provocada por la pandemia del Covid-19, que ha dañado de forma notable la demanda de producto debido al cese de actividad prolongado que ha padecido el sector de la hostelería debido a la declaración del estado de alarma.
Freixenet aplicará reducciones de jornada laboral que podrán llegar hasta el 40% y tiene previsto mantener el ERTE hasta diciembre aunque podría ir restableciendo las condiciones de los trabajadores afectados por la medida en función de la evolución del mercado.
Salvar la empresa
Las esperanzas de la empresa pasan por que las ventas comiencen a recuperarse con la vuelta progresiva a la actividad de la hostelería y, tras el verano, con la campaña de Navidad, que podría restañar parte del daño generado en la facturación de Freixenet si finalmente no llega el temido repunte de los contagios.
La empresa, controlada por la multinacional alemana Henkell desde hace dos años, ha justificado la decisión como una medida para salvar su viabilidad económica”.