Blackrock, una de las mayores gestoras de fondos del mundo, ha irrumpido por primera vez en el capital de Bankia, con una participación del 3,1% que le sitúa como el segundo accionista de la entidad por detrás del Estado, que mantiene en torno a un 62%. Pese a que la firma norteamericana es una de las consideras como “señoras de la bolsa” por su amplia cartera de participaciones en grandes empresas del Ibex-35, hasta la fecha no había sobrepasado el umbral que le obliga a declarar su peso en el capital del banco que preside José Ignacio Goirigolzarri.
La gestora articula su participación en Bankia a través de un paquete de algo más de 48 millones de acciones, que representan en torno al 1,5% del capital, mientras que el resto se corresponden con productos derivados, en especial contratos por diferencias (CFD), relativos a otros 38,5 millones de títulos de la entidad financiera. A precios actuales de mercado, las acciones que están en poder de Blackrock están valoradas en cerca de 37 millones de euros.
Zona de mínimos
En el caso de los CFD, la entidad no cuenta físicamente con el subyacente y, además, en el caso de este contrato la liquidación se percibirá en efectivo, de acuerdo con la comunicación efectuada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Según ésta, Blackrock superó el 3% del capital de Bankia este miércoles.
La llegada de la entidad estadounidense como accionista significativo de Bankia se produce cuando la cotización del banco español se encuentra en zona de mínimos históricos. Tras el desplome sufrido por los mercados mundiales desde mediados del pasado mes de febrero como consecuencia de la crisis del coronavirus, numerosos inversores institucionales han aprovechado los bajos precios de las acciones para tomar posiciones, como fue el caso de JP Morgan con Repsol y también de Morgan Stanley con IAG.
El interés de Unidas Podemos
En el caso de Bankia, se trata del tercer valor más castigado del Ibex 35 en lo que va de año, un periodo en el que sus acciones han perdido más de un 59%. Tan sólo le superan en este capítulo la propia IAG y Banco Sabadell.
La irrupción de Blackrock en el capital de Bankia se produce en un entorno en el que se ha recuperado el debate en torno a una posible nacionalización definitiva del banco, toda vez que Unidas Podemos, la formación política que ha defendido la estrategia de convertirle en banco público, forma parte de la coalición de Gobierno.
Planes de venta
En principio, el Ejecutivo mantiene los planes de colocar en el mercado de forma progresiva la participación, aunque no se ha dado el momento adecuado en los últimos trimestres debido al bajo precio de las acciones y a la valoración a la baja en general del sector financiero debido a las crecientes exigencias regulatorias y el prolongado entorno de tipos de interés en mínimos históricos.
El propio Goirigolzarri ha manifestado en reiteradas oportunidades que el actual no es el marco más adecuado para vender y también se ha posicionado en contra de la nacionalización de la entidad.
Estrategia anti cazagangas
La crisis del Covid-19 ha hecho que la Unión Europea se abra a la posibilidad de que los estados miembros tomen participaciones en empresas en apuros con el fin de asegurar su viabilidad, una circunstancia que ha sido aprovechada por la formación que lidera el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, para insistir en la idea de hacer de Bankia una entidad pública.
Por otra parte, en el mercado del estado de alarma declarado por el Ejecutivo desde mediados del pasado mes de marzo, Moncloa aprobó medidas de blindaje para compañías cotizadas para evitar que su desplome bursátil atrajera la atención de inversores oportunistas, especialmente en lo referido a sectores considerados como estratégicos. entre los que figura la banca.
De este modo, cualquier entidad domiciliada fuera de la Unión Europea tendrá que contar con la autorización del Consejo de Ministros para comprar un 10% de una empresa cotizada como Bankia. Por ahora, los cazadores de gangas llevan a cabo diversas estrategias para esquivar este veto.