Es el nombre del momento. El científico español Juan Andrés dirige el proyecto de vacuna del Covid-19 más avanzado y prometedor de EEUU, el que desarrolla en la actualidad la compañía norteamericana de laboratorios Moderna. Pero además de ser un triunfador en el mundo científico también lo es en el terreno de las finanzas. La altísima revalorización en Wall Street que acumulan desde que comenzó la pandemia las acciones de la empresa para la que trabaja le ha permitido embolsarse la nada desdeñable cifra de nueve millones de euros gracias a los sistemas de retribución variable de Moderna.
En la última semana, Moderna ha sido noticia por el anuncio de que ha obtenido resultados positivos en los primeros ensayos realizados con seres humanos del proyecto de vacuna que desarrolla. Las noticias dispararon sus títulos en la Bolsa de Nueva York, hasta el punto de que Moderna avanzó más de un 29% en apenas cinco sesiones.
Disparada desde febrero
Sin embargo, se trataba tan solo de la recta final del espectacular recorrido alcista que inició a mediados de febrero, precisamente cuando comenzó el cataclismo de los principales mercados bursátiles del mundo, incluido Nueva York, a consecuencia de la crisis del coronavirus. Por entonces, Moderna ya trabajaba en una vacuna bajo las órdenes de Andrés y, como sucediera con otras empresas del sector, no sólo fue capaz de esquivar la espiral bajista en la que se vio envuelto el parqué sino que acaparó las escasas compras que por entonces se operaban en las bolsas.
De esta forma, la revalorización de Moderna desde entonces supera el 320%. Su capitalización bursátil pasó de algo más de 6.800 millones de dólares en febrero a más de 28.000 millones que presenta en la actualidad.
Retribución variable
Juan Andrés forma parte del equipo directivo de Moderna, en calidad de director tecnológico, por lo que está incluido en el sistema de retribución variable de la compañía, articulado a través de opciones sobre acciones. Bajo este esquema, frecuentemente empleado en empresas cotizadas estadounidenses, los beneficiarios tienen la posibilidad de adquirir un número determinado de títulos de la compañía con un precio de referencia invariable. Se trata de incentivar la buena gestión de la empresa puesto que cuanto más elevado sea el precio de cotización en el mercado, mayor rendimiento podrán sacar los directivos a la venta de los títulos que obtienen por la ejecución de las opciones.
En su caso, Andrés ha ejecutado paulatinamente esas opciones a lo largo de todo este periodo en el que Moderna se ha disparado en Wall Street, a un precio de referencia de 12,21 dólares. Cuando el valor comenzó a subir sin freno en bolsa, ya cotizaba por encima de 18 dólares. Las primeras operaciones, que se corresponden con los últimos días de febrero, permitieron a Andrés vender en el mercado un paquete de 8.000 acciones a un precio superior a 26 dólares (es decir, un 116% por encima de lo que pagó por ellas).
Jugosas plusvalías
De forma sucesiva, el científico español ha ido colocado en el mercado las acciones que adquiría en el programa de retribución, cada vez a un precio más elevado conforme Moderna se revalorizaba en el mercado. En total, hasta la fecha, Andrés ha vendido algo más de 232.000 títulos. Más de la mitad de ellos (en concreto, 127.500), en una última operación realizada a precios que han oscilado entre 61,16 y 66,89 dólares por acción (actualmente, Moderna cotiza en torno a 73 dólares).
A la hora hacer balance, Andrés ha ingresado por todas las ventas casi 12,1 millones de dólares en menos de tres meses. La plusvalía, tras restar lo que pagó por ejecutar las opciones, ha sido de 9,25 millones de dólares (cerca de nueve millones de euros).
Financiar la vacuna
El científico español ha sacado partido de forma notable a su trabajo pero a quien ha elevado al olimpo de las plusvalías ha sido a Stephane Bancel, el consejero delegado de Moderna, ya que posee cerca de un 7% del capital de los laboratorios. Una participación que, a precios actuales, está valorada en algo más de 1.750 millones de dólares cuando a mediados de febrero su precio apenas superaba los 400 millones de dólares.
Tras el éxito de los ensayos, Moderna ha anunciado que sacará nuevas acciones al mercado para obtener 1.250 millones de dólares con el objetivo de financiar el proyecto de vacuna. Hasta la fecha, los resultados financieros de la empresa no habían sido precisamente prometedores. En los últimos cuatro años, los números rojos suman unos 1.500 millones de dólares (más de 900 millones en el último bienio).
Lista antes de fin de año
Este martes, Andrés explicó en una entrevista concedida al programa Herrera en Cope que las pruebas realizadas a 45 personas han dado como resultado que los pacientes ha sido capaces de desarrollar anticuerpos del Covid-19, sin efectos secundarios y sin necesidad de inocular el virus atenuado.
“No solo han generado anticuerpos sino que éstos son neutralizantes contra el virus; garantizan la inmunidad. En las dosis de 25 y 100 miligramos hemos llegado, como mínimo, al nivel de anticuerpos de una persona infectada, e incluso, los hemos superado”, aseguró Andrés que, además, aventuró que si los siguientes ensayos confirman el éxito, Moderna podría producir la vacuna en EEUU antes de que finalizara el año. No cabe duda de que, en el caso de lograrlo, los beneficios que hasta ahora ha obtenido en bolsa se quedarían muy cortos para reconocer su aportación a la humanidad.