El cierre de los comercios y el encierro de la ciudadanía en sus hogares a causa del estado de alarma ha disparado la actividad del comercio electrónico y, por tanto, del sector logístico. Los envíos de paquetería han experimentado un crecimiento del 50% durante estas semanas, similar a fechas de máxima actividad como el Black Friday. Con todo, el sector reconoce que el volumen ha tensionado las cadenas en un momento especialmente complejo por las restricciones y dificultades derivadas de la alerta sanitaria.
Aunque la alta actividad del comercio electrónico en las últimas semanas ha dado alas al sector, la patronal logística Uno ya alertó a comienzos de mayo de que también había compañías afectadas y que esa porción no bastaba. En concreto, el cierre de comercios y restaurantes ha reducido a la mitad las operaciones logísticas y de transporte a negocios, por lo que muchas empresas han tenido que recurrir a un ERTE. Es decir, la subida registrada en e-commerce no llega a compensar la caída de empresas minoristas.
El encierro, nuevo Black Friday
Ahora bien, a medida que el encierro ha avanzado las operaciones relacionadas con el comercio electrónico han pasado a ocupar la mayor parte de la actividad de estas compañías. “El gran descubrimiento para todos ha sido el sector de la logística. Cuando todos estábamos confinados, alguien traía lo que necesitábamos a nuestra casa”, ha manifestado el presidente de Uno, Francisco Aranda, en un encuentro telemático con diferentes empresas del ramo. Según Aranda, la situación durante la pandemia “es parecida a un Black Friday pero con más complicación”.
“Pasamos de las primeras semanas de encierro, con actividad por debajo del 50%, que era un verdadero drama y había que estudiar cómo ajustar costes, a que se nos calificara como sector esencial. Ahora vivimos en un Black Friday atípico en el que tenemos que crecer a una velocidad a la que no lo habíamos hecho antes”, sostiene el director de Excelencia en Operaciones de Seur, Benjamín Calzón. Entre la transformación que afronta el sector se hallan los puntos de entrega sin contacto o la aparición de comercios pequeños que solo tenían un canal físico y que han creado páginas webs en apenas unos días para poder salvar sus ventas.
Problemas internos
Pero también en el sector afronta sus propios problemas internos, motivo por el que las empresas advierten de que las cadenas de distribución se hallan tensadas: “Estamos creciendo muy deprisa en un entorno en el que es muy difícil contratar o comprar todos los elementos de protección como mascarillas, guantes o geles. También se ha tenido que ampliar la distancia entre trabajadores en las naves. Ha habido que comunicar muchos cambios a mucha gente en muy poco tiempo para que adapten su forma de trabajar de un día a otro”, reconoce el director de operaciones de CTT, Álvaro Herrera.
La pandemia también ha exigido ambios rápidos en la forma de operar de grandes cadenas. Es el caso de Mediamarkt que ha reabierto sus tiendas solo para la venta de una serie de productos considerados esenciales como televisiones o informática. Así, tratan de canalizar el stock de sus establecimientos hacia el online para acortar los plazos de entrega.
Mantener los niveles tras la pandemia
Otros comercios nativos digitales también han notado el estrés de operar durante estas semanas. “Aunque el tráfico ha sido importante habrá que esperar hasta noviembre o diciembre para ver cómo quedan los números”, reconoce el jefe de logística de Fitness digital, Imanol Ruiz. De hecho, el material deportivo ha incrementado las ventas online un 200% durante el estado de alarma, según datos de Uno.
Desde el sector reconocen que una vez que la vida vuelva a la normalidad y las tiendas físicas retomen su actividad, será difícil mantener los volúmenes actuales derivados del comercio electrónico, aunque aseguran que una parte del público que ha emigrado permanecerá: “Hay gente que ha comprado una bombilla o harina por internet y que lo tiene al día siguiente”, apunta Calzón, que vislumbra un cambio en las hábitos del consumidor. No obstante, reconoce que todavía se debe pulir el sistema de entregas agrupando, por ejemplo, los pedidos de un usuario en un solo envío. En la misma línea, Herrera reconoce que mantener el ritmo actual responde en parte a que las calles están vacías de tráfico y los destinatarios en sus casas, algo que no será tan fácil tras la pandemia.