El sector energético se ha volcado desde que se inició la crisis sanitaria del coronavirus tanto en apoyo de sus clientes como también de las autoridades sanitarias, el personal de los centros hospitalarios y los miembros de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Ahora que se inicia la fase de la llamada desescalada, algunas de las grandes del sector también quieren ser protagonistas en la gestión del otro prisma de la crisis, el económico. La estrategia de Iberdrola y de Endesa se alinea en la decisión de adelantar en la medida de lo posible las inversiones previstas para este año para paliar la caída del Producto Interior Bruto y la destrucción de empleo que provocará la pandemia.
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, anunciaba este martes a los accionistas que la compañía ultima los detalles de un plan para adelantar las inversiones previstas para este año con el fin de contribuir a regenerar en la medida de lo posible el tejido productivo de la economía española, que quedará seriamente tocado por los efectos de la pandemia.
Anuncios en las juntas
“Seremos clave en la regeneración del tejido económico y social y en la aceleración económica”, apuntó Bogas que, de este modo, seguía los pasos del presidente de Iberdrola, Ignacio Galán. Hace poco más de un mes, también en el marco de la junta de accionistas de la compañía, Galán expuso que Iberdrola batirá en 2020 su récord histórico de inversiones en un solo ejercicio, por encima de los 10.000 millones pero que, además, el consejo de la energética había decidido dar un paso más y adelantar parte de esas inversiones para, de este modo, contribuir a que los proveedores de la compañía, que se cuentan con decenas de miles en todo el mundo, vieran aminorado el efecto de la menor carga de trabajo que tendrían como consecuencia de la paralización de buena parte de la actividad económica como consecuencia de las medidas para detener la expansión del virus.
Por entonces, Iberdrola hizo público que solo en los tres primeros meses del año ya había puesto en marcha inversiones por valor de 4.000 millones de euros en todo el mundo, de los que cerca de 950 millones han ido a parar a proveedores españoles.
Conversaciones en el sector
Horas antes de intervenir en la junta de Endesa, celebrada de forma telemática, Bogas mantuvo una conferencia con analistas para exponer los resultados de la compañía correspondientes al primer trimestre de 2020. En ella, el consejero delegado de la eléctrica aseguró que ha mantenido desde el inicio de la crisis contacto con otras empresas del sector para, entre otras cuestiones, intercambiar ideas sobre cuál sería la mejor forma de contribuir a que la recuperación económica llegue lo antes posibles.
“Tras hablar con colegas de otras compañías decidimos que la forma óptima de hacerlo es adelantar las inversiones lo máximo posible. Y en eso estamos trabajando”, indicó Bogas a analistas de más de una decena de firmas de análisis y bancos de inversión.
Horizonte despejado
Se da la circunstancia de que ambas empresas han presentado unos sólidos resultados en el primer trimestre de 2020, pese a que la última parte de este periodo ya se ha visto afectada por la crisis del coronavirus. En el caso de Iberdrola, las cuentas se han visto espoleadas por las plusvalías de 485 millones que obtuvo por la venta de su participación en el capital de Siemens Gamesa en las primeras semanas del año, lo que le permite contar con una perspectiva despejada con vistas al cierre del ejercicio, incluso en un contexto tan complicado.
Mientras, Endesa ha contado con un impacto positivo de algo más de 500 millones de euros como consecuencia de la reversión de provisiones que registró en su día para cubrirse de los posibles efectos negativos de la negociación colectiva con su plantilla. Una vez compensados con los costes de los ajustes laborales, el saldo positivo ha sido de 386 millones de euros, lo que ha permitido a Endesa elevar un 132% sus resultados del trimestre en relación con los del pasado año y, además, reafirmar tanto su dividendo como sus previsiones y objetivos del año.
Marco estable y predecible
Ambas situaciones privilegiadas han llevado a ambas empresas, muchas veces enfrentadas por la pelea del mercado e incluso por visiones distintas de negocios que comparten, como es el caso de la energía nuclear, a tomar el mismo camino, aunque en este caso con un objetivo común que interesa, y mucho, a ambas: la recuperación de la economía en uno de sus principales mercados.
Buena parte de las inversiones de ambas empresas se concentran en el desarrollo de energías renovables y en redes, campos en los que cuentan con un marco privilegiado como es el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que establece una clara hoja de ruta hasta el año 2030. El marco normativo estable y predecible tan deseado tradicionalmente por el sector.