El Tribunal Constitucional de Alemania se ha pronunciado en el momento más inoportuno sobre el programa de compra de deuda que puso en marcha el Banco Central Europeo (BCE) en el contexto de la anterior crisis, que considera desproporcionado. La sentencia de la instancia germana ha arrojado numerosas dudas en los mercados y ha motivado una inmediata reacción del consejo de gobierno del BCE, que se reunirá de urgencia en las próximas horas para analizar la situación.
Aunque en el veredicto conocido este martes, el Constitucional de Alemania ha desestimado parcialmente la reclamación presentada hace casi media década por un grupo de académicos y empresarios germanos contra el programa de compras de deuda pública lanzado por el BCE en 2015, al mismo tiempo considera que el organismo emisor ha excedido sus atribuciones y que dicho programa tiene un alcance desproporcionado.
Tres meses para cambiar
La sentencia de la Corte de Karlsruhe establece que "tras un período transitorio de no más de tres meses" el Bundesbank (el banco central de Alemania) ya no podrá participar en la implementación y ejecución de las decisiones del BCE en cuestión, salvo que el consejo de gobierno del BCE demuestre de manera comprensible y comprobada que los objetivos de política monetaria perseguidos por el programa de compra de deuda no son desproporcionados a los efectos de política económica y fiscal resultantes del programa.
Aunque el veredicto de los jueces excluye las medidas de asistencia financiera que ha adoptado en las últimas semanas la entidad para contribuir a paliar el impacto del coronavirus en las economías europeas, la sentencia podría suponer un problema para futuras actuaciones del BCE y deja, además, la puerta abierta a futuros procesos de similar tipo.
Tensión en los mercados
Tras conocerse el contenido de la sentencia, las bolsas del Viejo Continente perdieron parte del terreno que habían avanzado a primera hora, mientras que los inversores se refugiaban en los activos de renta fija más firmes, como los bonos alemanes, franceses y holandeses.
Tras esta primera reacción, las compras volvieron a la renta variable y se redujo la tensión en el mercado de bonos, lo que hizo que las primas de riesgo de países como España, Italia y Grecia, que se elevaron de forma notable, volvieran a las cotas que presentaban ayer.