La hoja de ruta marcada por el Gobierno para paliar los efectos devastadores que la crisis del coronavirus tendrá para la economía española pasan por recurrir a los mercados con más emisiones de deuda de las programadas y también acogerse al auxilio de la Unión Europea a través de su programa de reconstrucción, aun por definir y negociar. Por ahora, Moncloa no se plantea grandes ajustes en el gasto publico ni tampoco novedades en el plano fiscal.
Una vez definido el cuadro macroeconómico para 2020, que dibuja un desolador panorama de caída del 9,2% e incremento del paro hasta el 19%, la incógnita reside en saber cómo se paliará esta situación y, sobre todo, de dónde saldrá el dinero para financiar la maniobra. Frente a lo apuntado por algunos expertos y, especialmente por la oposición, el Gobierno no tiene en mente recurrir a las tan temidas subidas de impuestos.
Tasas 'Google' y 'Tobin'
“No nos planteamos una subida masiva de impuestos”, ha asegurado la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, que anteriormente ha cifrado la caída de ingresos que sufrirán las arcas públicas durante el año en 25.000 millones de euros.
Sin embargo, descartó que la solución vaya a pasar por el terreno fiscal. “Vamos a terminar de tramitar las medidas que ahora están en el Congreso”, ha asegurado Montero, en relación a los nuevos tributos a las tecnológicas y a las transacciones financieras (las conocidas comúnmente como tasas ‘Google’ y ‘Tobin’), de los que aseguró además que, como pronto, podrían entrar en vigor en el último cuatrimestre del año. La ministra también se ha referido a nuevas medidas contra el fraude fiscal. Pero, por ahora, ni rastro de subidas de IVA, ni más impuestos a la banca, ni tampoco a las grandes fortunas.
El sector público no se toca
La solución tampoco llegará por el lado del ahorro y la eficiencia. Montero también descartó que el Gobierno vaya a realizar algún tipo de ajuste en el sector público. “Lo fundamental es reactivar la economía, se trata de estimular el consumo interno ahora que la actividad comercial está a punto de reiniciarse” con la puesta en marcha del proceso de desescalada.
No obstante, esos estímulos tampoco vendrán de potenciales bajadas de impuestos, que también están descartadas en Moncloa.
El éxito de las emisiones
De modo que todo queda en manos de recurrir a los mercados, en lo que el Gobierno ya ha puesto toda la maquinaria en marcha a través de emisiones de deuda adicionales a las previstas en el calendario.
“Hemos hecho emisiones sindicadas con mucho éxito, la última de ellas registró una demanda de 96.000 millones de euros, que es un récord en la zona euro”, ha explicado la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, que también se ha felicitado por los precios de colocación: “el coste ha sido algo superior al de las emisiones de comienzos de año pero aún así ha sido a precios moderados”.
El departamento pretende aprovechar el apoyo brindado por el Banco Central Europeo (BCE) con su gran programa de compra de deuda pública, que asegura el éxito de las emisiones. “Seguimos esta política de deuda para compensar la caída de los ingresos, esta es la aproximación que estamos teniendo hasta ahora”.
¿Recurso al MEDE?
En el apartado de cómo pagar esa deuda entra en juego las ayudas comunitarias, el ya célebre plan de reconstrucción y el paquete de medidas a estados miembros, empresas y desempleados de 550.000 millones de euros que acaba de aprobar el Consejo europeo.
Un recorrido, eso sí, incierto, como de alguna manera admitió la propia Calviño. “Los mecanismos europeos todavía no están aprobados, por lo que no aún no podemos determinar cuáles nos convienen más y en qué cuantías”. Preguntada por si España recurrirá al mecanismo de estabilidad (MEDE), la vicepresidenta evitó pronunciarse y prefirió instar a las autoridades europeas a tener listo cuanto antes el plan de reconstrucción. “Si se pudiera poner en marcha a partir del 1 de junio, como estamos pidiendo, sería muy apropiado”.