Tras más de un mes de inactividad, una parte de las compañías inician a partir de esta semana su vuelta al trabajo entre medidas de seguridad. La industria ha sido la primera en mover ficha y reiniciar la producción de forma gradual. Sin embargo, el empresariado presenta dudas sobre los pasos a seguir para la vuelta debido a que no hay diseñado ningún plan de retorno por parte de las administraciones más allá de recomendaciones que cada empresa aplica según sus propios criterios. Además, reclaman se les garantice un canal para acceder al suministro de material sanitario para los empleados.
“Las recomendaciones que existen son genéricas, por lo que el trabajo más complicado para las empresas consiste en adaptarlas a su sector, cosa que resulta difícil a veces”, explica César Sánchez, director de la Oficina de Prevención de Riesgos Laborales de Foment del Treball. “Faltan guías sectoriales adaptadas a las características de cada sector. Las empresas necesitan especificaciones más claras”.
Acceso a EPIs
Aunque el acceso a las mascarillas, guantes o geles ha quedado estabilizado tras unas semanas de desabastecimiento, la mayor traba está ahora en obtener los Equipos de Protección Individual (EPIs), que “todavía son difíciles de conseguir en el mercado”, según reconocen desde el empresariado, y que son necesarios sobre todo en la industria, donde el número de trabajadores es mayor y hay más dificultad de guardar la distancia social. Lo mismo ocurre en determinadas empresas de servicios, como las de instalaciones o reparaciones, en las que los trabajadores deben desplazarse a los domicilios.
Así pues, sería conveniente tener claro quién debe hacerse cargo del abastecimiento del material, si las compañías o la administración. Sin embargo, no hay un criterio claro. “Hay cierta confusión. Está claro que la empresa tiene que colaborar e implantar una serie de medidas, como dotar a sus empleados con los equipos de seguridad que corresponda, pero solicitamos al Gobierno que haga todo lo posible para garantizar la compra de material, aunque la empresa corra con el coste”, manifiesta Sánchez.
Dificultades para las pymes
Además, la situación se agrava en el caso de las pymes, que encuentran más dificultades para acceder a los equipos y que deben buscar “alternativas” a los EPIs en muchos casos. “Hasta ahora tan solo hay recomendaciones y, de hecho, la única orden ministerial que existe pide aplicar alternativas en caso de falta de material”, relata el profesor Relaciones Laborales de EADA Business School, Jordi Costa, que reconoce que “tampoco está pautado cómo van a volver las empresas”. Entre esas alternativas se encuentra el uso de mascarillas y guantes, aplicar distancia entre trabajadores y fomentar medidas de higiene básica.
“Sería bueno que las empresas se apoyaran en sus servicios de prevención de riesgos laborales. Pero no se les puede pedir imposibles y si no hay equipos en el mercado no los podrán tener. Aunque eso no debe ser impedimento para aplicar medidas internas como el teletrabajo o la distancia social. Las compañías no deben pensar que pueden seguir igual que antes”, detalla Costa.
Protección de los trabajadores
“El Gobierno tiene la obligación de proporcionar a la población los medios de protección, pero la responsabilidad frente al trabajador es siempre de la empresa y si esta no lo puede garantizar, no debería realizarse el trabajo”, reconoce el profesor de Derecho laboral de la UOC, Miguel Arenas.
Otra de las incertidumbres se centra en la realización de tests PCR para los trabajadores que se reincorporan a sus puestos. Es en este punto en el que Foment critica una mayor “falta de criterio”. “El Ministerio sacó una orden en la que se establece que las pruebas deben ser prescritas por un facultativo de acuerdo con unas condiciones y criterios acordados por la autoridad sanitaria competente, que al final serán las comunidades autónomas. Estamos a la espera de conocer esos criterios y mientras tanto cada empresa usa su propio criterio”, explica Sánchez.
Este caso es el aplicado por Seat, que el lunes retomó la producción en sus plantas tras un mes y medio de inactividad. La compañía realizará 3.000 pruebas semanales a sus empleados, así como a sus proveedores para evitar contagios en sus instalaciones.