La pretensión de los países del sur de Europa, liderados por Italia y España, de poder disponer a fondo perdido de parte del fondo de recuperación que se negocia en el Consejo se aleja por momentos. La primera propuesta esbozada por la Comisión Europea no contempla esta posibilidad, sino que articula un complejo mecanismo al que los Estados miembros tendrían acceso bien a través de créditos, bien con cargo al Presupuesto plurianual sobre el que descansa el plan. En este último caso, los socios europeos deberán compensar las cantidades de las que dispongan para financiar sus respectivos programas individuales de reconstrucción tras la crisis del coronavirus.
El esquema que en estos momentos maneja Bruselas, al que ha tenido acceso Crónica Global, pone sobre la mesa la creación de un fondo de recuperación, de carácter temporal, que se incorporará al Presupuesto plurianual a siete años (2021-2027) de la Unión Europea, de modo que éste se incrementará en 300.000 millones de euros.
Líneas de "recuperación y resiliencia"
A esta cantidad se añadirán otros 200.000 millones de euros a través de unas líneas denominadas de “recuperación y resiliencia”, que tendrán su base en el llamado Instrumento Presupuestario para la Convergencia y la Competitividad (BICC, por sus siglas en inglés). Se trata de un recurso que aprobó el Eurogrupo a finales de 2018, como parte del plan para el fortalecimiento de la moneda única, y que en estas últimas semanas ha pasado a un primer plano en el escenario comunitario como una herramienta de la máxima utilidad para la lucha contra la crisis del Covid-19.
De forma complementaria a esta base inicial, de medio billón de euros, la Comisión Europea, impulsora de este plan y que se comprometió la pasada semana a presentar todos sus detalles al Consejo Europeo antes del próximo 6 de mayo, prevé articular sendos fondos europeos ya dotados, para capitalizar empresas y para fortalecer las cadenas de suministros.
Apalancamiento de dos billones
Con todos estos elementos, la Comisión Europea asegura en su propuesta que será capaz “de generar, al menos, dos billones de euros para inversión y gasto”, a través de un ambicioso apalancamiento. Los dos fondos citados anteriormente tienen una capacidad de generar unos 200.000 millones de euros cada uno de ellos por sí mismos.
La cantidad total supera incluso la propuesta inicial del Ejecutivo comunitario, que contemplaba entre 1,5 y 1,6 billones de euros, que estaba en línea con la que llevó como alternativa el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la última reunión del Consejo, que finalmente optó por explorar la opción de Bruselas. Crónica Global adelantó este martes que algunos socios comunitarios ya habían apuntado en la citada reunión del Consejo que el objetivo de 1,5 billones de euros podría quedarse corto.
El Instrumento de Recuperación
Hasta ahí, todo bien o, incluso, mejor de lo previsto. Sin embargo, lo más complicado y que no gustará nada a los Gobiernos de Italia y España llega en la parte del esquema en la que se detalla cómo se financiará todo este complicado mecanismo. Será a través de dos vías. La primera, un vehículo de carácter temporal denominado “Instrumento de Recuperación”, que permite a la UE levantar hasta 320.000 millones de euros para financiar políticas consideradas como claves, de acuerdo con el artículo 122 del Tratado de la Unión; la segunda, el sistema de recursos propios del Presupuesto plurianual.
En este punto, la Comisión propone llegar a estas cantidades mediante créditos concedidos a los Estados miembros, aproximadamente la mitad del plan, mientras que el resto se mantendrá en el Presupuesto comunitario ampliado para tal menester y que deberá ser repagado por los socios que dispongan de él a la finalización del mismo, es decir, el próximo 2027.
Las prisas de Von der Leyen
“Es un plan que está alejado de las pretensiones de países como Italia y España”, asegura Santiago Carbó, catedrático de Economía de Cunef y director de Estudios Financieros de Funcas que, incluso va un poco más lejos al señalar que “se trata de una suerte de rescate; si se quiere, un poco disfrazado”.
En su propuesta, Bruselas apremia al Consejo a tener listo todo el procedimiento legal para proceder a su aprobación cuanto antes, ya que su intención es que el Instrumento de Recuperación pueda estar operativo de inmediato (se habla en el entorno comunitario del mes de junio como posible fecha para su arranque). Por su parte, el Presupuesto debe entrar en vigor a partir del próximo 1 de enero.
Moderada distensión
Sin mucho tiempo para discutir, se prevé una intensa actividad negociadora en Bruselas hasta la próxima semana, cuando el Consejo tenga una nueva reunión en la cumbre para debatir la propuesta comprometida por la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen. Este primer avance podría sufrir modificaciones pero los técnicos tienen un duro trabajo por delante. Los alambicados instrumentos de funcionamiento de la UE hacen especialmente complicada cualquier tipo de modificación, que conduce a mover un buen número de elementos.
Por el momento, los avances logrados la pasada semana relajaron la tensión en torno a las primas de riesgo de los países del sur. Sin ir más lejos, la española parece haberse estabilizado en los 130 puntos básicos, tras llegar a superar la cota de 150 puntos básicos en vísperas del Consejo. Italia también rebajó la suya al entorno de 220 puntos básicos tras ver cómo se acercaba a 270 e incluso acortaba distancias con la griega. Si finalmente prospera esta propuesta, se avecinan tiempos complicados por el Mediterráneo.