Las previsiones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) ponen a España en una situación complicada ante la crisis del coronavirus en lo que se refiere a las finanzas públicas. El organismo multilateral estima que la deuda batirá todos los registros históricos y alcanzará el equivalente al 113,4% del PIB al cierre del presente ejercicio. Y eso ocurrirá porque la lucha contra los efectos del coronavirus exigirán un gasto público este año que llevará al déficit al 9,5%.
Al contrario de lo que sucede con las previsiones de crecimiento, España no es el país de la zona euro que sale peor parado de los cálculos del FMI. En el caso de Francia, se irá hasta el 115,4% del PIB y en el de Italia ascenderá hasta el 155,5%. En Alemania, el FMI estima que la deuda pasará desde el 59,8% del año pasado hasta el 68,7% de 2020.
Gasto disparado
El organismo considera que la pandemia forzará a los gobiernos a hacer uso de la política fiscal con una intensidad inédita. La caída de la producción provocará un descenso de los ingresos públicos, que terminarán siendo un 2,5% del PIB global inferiores a los previstos el pasado octubre.
En cuanto a los gastos, la inversión en salud y las medidas para dar apoyo a las personas y a las empresas tendrán un coste hasta el momento estimado en 3.000 millones de euros a nivel global, cifra a la que habrá que sumar otros 3.800 en otras inyecciones y garantías públicas al sector productivo.
La llegada de la crisis coincide con el primer incremento del déficit de los últimos siete años, hasta el 2,7%, muy lejos del objetivo del 2% que había fijado el Ejecutivo en función de los planes trazados desde Bruselas.