La crisis del coronavirus ha provocado una huida de los bonos españoles por parte de los inversores, una tendencia que podría acelerarse en los próximos días debido a las recomendaciones que ha hecho al respecto la banca de inversión estadounidense. El último ejemplo ha sido el de Morgan Stanley, que ha recomendado a sus clientes descartar la toma de posiciones en la deuda española.
El argumento esgrimido por la entidad norteamericana se sustenta en el incremento en el desequilibrio de las cuentas públicas que presenta al Estado, que en 2019 acabó bruscamente con una racha de recorte del déficit prolongada por un espacio de siete años.
Viraje hacia Portugal
En una nota dirigida a clientes, Morgan Stanley recomienda en cambio la adquisición de renta fija portuguesa, toda vez que los planes de choque del país vecino para afrontar la crisis por la expansión del Covid-19 sí incluye algunas medidas para atar en corto el incremento del déficit público, lo que no sucede en el caso español.
Desde que los mercados comenzaron a padecer los síntomas de la expansión del virus, manifestados en un desplome sin precedentes de las bolsas y una enorme volatilidad, los bonos de referencia español y portugués han experimentado notables descensos. En el caso del luso, su rentabilidad llegó a multiplicarse por seis en apenas un mes.
Castigo inversor
Sin embargo, desde mediados de marzo, cuando los mercados de renta fija parecieron tocar suelo y comenzaron a recuperarse, el comportamiento del bono portugués ha sido significativamente mejor que el del español. Hasta tal punto que, actualmente, la diferencia entre las primas de riesgo de ambos países se ha estrechado hasta el entorno de los 10 puntos básicos, mientras que hace apenas dos semanas, la distancia era de más del doble (cerca de 25 puntos básicos).
A los títulos de deuda pública portuguesa les han sentado mejor los planes de estímulo llegados desde el Banco Central Europeo, especialmente su gran programa de compra de renta fija del Viejo Continente. El bono español también ha reaccionado de forma positiva aunque sigue soportando una gran presión de los mercados, que esperan una avalancha a corto plazo de emisiones de deuda española para financiar el paquete de medidas económicas que ha aprobado el Gobierno para afrontar la crisis del coronavirus.
Reuniones clave
La evolución de este comportamiento dependerá mucho de la posición que tome finalmente la Unión Europea respecto a una hipotética respuesta común a la amenaza del virus para las economías del Viejo Continente.
Conforme se aleja la posibilidad de los eurobonos, el Gobierno trabaja ahora en una fórmula que le permita acceder a un rescate que no condicione su política económica, enfocada en el incremento del gasto público para la financiación de su programa social. El presidente del Ejecutivo habló de la necesidad de unos Presupuestos “extrasociales” para poder afrontar la crisis, una vez que el Eurogrupo acordó que el actual escenario imponía olvidar de manera temporal los objetivos de estabilidad.