La crisis del coronavirus también afecta económicamente al sector primario, a pesar de ser uno de los pocos que mantiene su actividad durante el estado de alarma. La industria pesquera de Cataluña es fiel reflejo de ello: las cofradías de pescadores han reducido drásticamente su actividad e incluso se valora la presentación de algún Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en el sector.
La lonja de pescadores de Barcelona es una de las organizaciones que ha palnteado esta medida de reducción laboral por causa de fuerza mayor. El ERTE afectará a dos centenares de pescadores y, además, se han cancelado subastas de pescado en la capital catalana hasta el 11 de abril --por ahora--, tal como adelanta Metrópoliabierta.
Caída de ingresos
Josep Manuel Juárez, presidente de la Cofradía de Pescadores de Barcelona, ha asegurado que las ganancias de los faenantes del mar se han reducido drásticamente durante las últimas semanas. Esta es condición sine qua non para presentar un ERTE por los efectos del coronavirus, según lo estipulado en el decreto de medidas del Gobierno.
La causa principal de esta caída de ingresos apunta a la demanda de bares y restaurantes. Este tipo de establecimientos deben permanecer cerrados durante el estado de alarma sanitaria por Covid-19, lo que afecta de forma colateral a la actividad pesquera. Juárez asegura que los pescadores tienen dificultades para cubrir gastos en las últimas semanas.
Cofradías cerradas
También la cofradía de Tarragona ha decidido parar su actividad y la de Palamós tamién se lo plantea. Las lonjas de gran parte de la costa catalana han reducido su faena, como ocurre en Arenys de Mar, Cambrils y en las cercanías de la desembocadura del Ebro.
En Mercabarna, las actividades relacionadas con el pescado han caído entre un 30% y un 40% en la última semana.