La Cámara de Comercio de España recibió con optimismo el anuncio del plan de choque del Gobierno contra los efectos del coronavirus, pero los primeros pasos para su aplicación no han causado precisamente el mismo efecto. Su presidente, José Luis Bonet, se muestra crítico con el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez tras la articulación del mecanismo de avales para que el Estado garantice los préstamos, especialmente a pymes y autónomos y que, en una primera fase, se han quedado en 20.000 millones, una quinta parte de lo anunciado. “La primera impresión es que se trata de un paso timorato, con un cierto encogimiento y ahora no estamos para frenar porque este es un tema de una gravedad extraordinaria”, apunta Bonet en una entrevista concedida a Crónica Global.
Bonet se muestra crítico con el plan de choque del Gobierno / CG
“Hasta hoy, la retórica del Gobierno había sido buena, con el mensaje de que no iba a dejar a nadie atrás en la crisis. Pero ahora viene la ejecución y ésta no puede ser cicatera”, remarca Bonet, quien no acierta a entender por qué el plan de Moncloa limita en un primer momento el volumen de los avales. “¿Por qué 20.000 millones? Si son 100.000 millones, deben ser 100.000 millones desde el principio. Un plan así no puede ser frenado por cuestiones burocráticas o por cualquier tipo de prevención”.
Liquidez urgente
Tras el consejo de ministros de este martes en el que se aprobó esta medida, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, explicó que la primera fase servirá para analizar el funcionamiento del mecanismo con el objetivo de comprobar si le hace falta algún ajuste. Una explicación que no convence a Bonet. “Comprobar si funciona o no funciona se puede hacer igual con 20.000 que con 100.000. Pero en estos momentos, la meta fundamental es que las empresas no cierren y que los trabajadores no se vayan al paro”.
El presidente de la Cámara se muestra decepcionado, especialmente teniendo en cuenta la buena impresión causada por el planteamiento que el Gobierno aprobó la semana pasada. Empleando un símil musical, asegura que “la partitura es buena y por eso la apoyo, pero lo que no puede ocurrir es que luego se desafine a la hora de ejecutarla”. Y todo porque “aquí estamos para ayudar a las empresas, muchas de las cuales están contra las cuerdas y, ahora mismo, lo que necesitan con urgencia es liquidez; lo que no puede ser es que no tengan ninguna salida”.
Supresiones fiscales
En la actual y excepcional situación que se vive por el impacto que la extensión del coronavirus ha provocado en las economías de todo el mundo, incluida la española, Bonet distingue cuatro fases. “Ahora estamos en las dos primeras, que consisten en salvar vidas, en el ámbito sanitario; y la supervivencia económica, que le da la liquidez. Pero no sólo con un aval público para los créditos, sino también a través de supresiones fiscales. ¿Qué es eso de cobrar impuestos a los que por las circunstancias actuales no tienen ingresos?”.
Precisamente por este motivo, Bonet asegura que el Gobierno debe mostrar firmeza en sus decisiones “porque la recuperación, que sería la tercera fase, tiene que ser en V y, por lo tanto, no podemos perder tiempo. Y las medidas titubeantes pueden retrasar la recuperación”. La última etapa sería la de reconstrucción, para la que la Cámara ha apoyado la petición del Gobierno de Sánchez a Europa sobre la puesta en marcha de una especie de Plan Marshall, dados los cuantiosos recursos que serán necesarios.
Empezar desde cero
En lo que tampoco debe dudar un instante el Gobierno, en opinión de Bonet, es en olvidarse de todo su programa económico inicial y partir de cero. “La crisis del coronavirus ha hecho que todo lo que estaba programado ya no sirva”. A este respecto, el presidente Sánchez admitió que tendría que elaborar unos nuevos Presupuestos, a los que ya bautizó como “extrasociales”. Sin embargo, Bonet considera que el Ejecutivo debe tener “planteamientos muy claros para reforzar el sistema y la empresa tiene que ser la clave de ese sistema. Y si no se pensaba antes de esa forma, ahora habrá que cambiar de idea”.
Para el presidente de la Cámara, lo acontecido con el Covid-19 “es un aviso muy serio y aquellos que sobrevivan tendrán que tomar nota y aprovecharlo”. No obstante, también valora la “economía social de mercado que tenemos, que es fundamental, y lo hemos podido ver con el funcionamiento del sistema sanitario”.
Retórica nefasta de Torra
El escenario actual es de una gravedad sin precedentes y Bonet quiere pasar de puntillas por los asuntos políticos, aunque no se resiste a valorar la actitud de los gobiernos autonómicos, en especial la Generalitat de Cataluña y el empecinamiento de su presidente, Quim Torra, en exigir al Gobierno que decrete el confinamiento total del territorio. “La verdad es que no sé qué quiere decir porque confinados ya estamos todos. En líneas generales, las comunidades autónomas están colaborando; sin embargo, alrededor siempre hay algo de retórica y, a veces, un poco nefasta”. En opinión de Bonet, el momento actual muestra que “la gente tiene problemas que no sabe cómo resolver y eso es lo que debe importar a todos. Hay que atender necesidades reales; todo lo demás sobra porque no conduce a nada”.
Bonet también aprovecha para lanzar un mensaje a la Unión Europea, a la que concede un papel primordial a la hora de afrontar la reconstrucción del Viejo Continente, una vez vencido el coronavirus. “Hasta ahora está actuando bien al decir que estos no son momentos para la estabilidad presupuestaria. Y el BCE ha actuado perfectamente al decir que no va a faltar liquidez”.
El papel de Europa
Sin embargo, a la hora de aportar recursos comenzará el debate sobre los eurobonos que, en opinión de Bonet, constituyen una buena solución. “Habrá reticentes, seguro, como Alemania o Países Bajos. Pero si en una situación como ésta los ciudadanos ven que la UE no responde, dirán que ahí se quedan ustedes”.
Y es que hay algo que ni el Covid-19 será capaz de barrer y es la pelea entre EEUU y China por el control del planeta. “En esa lucha, Europa tendrá que decidir cuál es su papel y sobre la mesa van a estar asuntos tan importantes como la tecnología, la educación, el progreso… Europa tendrá que decidir si se sube a ese carro”.