Las bolsas vivieron este lunes la peor sesión con diferencia desde el estallido de la crisis por el coronavirus pero, en esta ocasión, con un ingrediente adicional: el descalabro que provocó en el mercado del petróleo la decisión de Arabia Saudí de elevar la producción como medida de presión tras no alcanzar un acuerdo con Rusia para recortarla y paliar las caídas que sufre el crudo como consecuencia de la extensión del Covid-19. El Ibex 35 protagonizó su mayor caída en una jornada desde el referéndum del Brexit, en mayo de 2016, y cerró con un desplome del 7,96%, hasta 7.708,70 puntos, su cota más baja desde septiembre de 2012, en plena crisis económica.
A la conclusión de la jornada en los mercados europeos, el crudo registraba descensos superiores al 18% pero a primera hora los retrocesos llegaron a superar el 31%, un comportamiento inédito desde la primera Guerra del Golfo, a comienzos de la década de los 90. El precio del barril, en mínimos desde comienzos de 2016, respondía así al anuncio de Arabia Saudí, principal productor, de elevar la producción en un contexto de recorte de la demanda como consecuencia de la desaceleración económica y el efecto, aun no cualificado, del coronavirus.
Un escenario prácticamente inédito y sin sentido que tan solo se explica por la batalla geoestratégica con Rusia, ante su negativa a aceptar la propuesta de recorte de producción de los saudíes.
Repsol, víctima propiciatoria
La medida de presión del Gobierno de Riad impactó directamente en la cara de unos mercados de renta variable ya muy castigados por la crisis del coronavirus. La bolsa española no fue la peor parada de entre los principales mercados europeos. Milán se llevó la palma con caídas superiores al 11%, toda vez que los inversores siguen retirando a marchas forzadas sus posiciones del país del Viejo Continente más afectado por el Covid-19. París y Francfort perdieron más de un 8% y Londres, en torno a un 7,5%.
En medio de la pesadilla generalizada, la especial incidencia en el mercado del petróleo hizo especial mella en Repsol, que cerró con caídas próximas al 15%. No libró del todo mal la batalla el valor si se tiene en cuenta el comportamiento de competidores europeos como ENI o BP, cuyos desplomes se fueron por encima del 20%.
Los expertos apuntan a que los inversores tuvieron en cuenta el cambio de estrategia anunciado por la energética a finales del pasado año, por el que reducirá de forma notable su exposición al negocio de exploración y producción de crudo.
Masacre en la banca
Tampoco fue el peor del selectivo. Le superaron Arcelor Mittal y Banco Sabadell, con caídas superiores al 17% y 15%, respectivamente. Un día más, la banca fue el sector más afectado por el pánico inversor. BBVA se dejó más de un 13% y Santander, muy cerca de un 12%. Por su parte, Bankia recortó más de un 9% y los descensos de Caixabank se aproximaron al 8%.
Otros grandes valores del Ibex, como fueron los casos de Telefónica y Naturgy, perdieron cerca de un 10%. Constructoras y eléctricas tampoco se libraron de caídas por encima del 6%, en una sesión de pesadilla en la que apenas hubo espacios para el refugio.
El "refugio" de la 'Operación Chamartín'
El valor del Ibex con mejor comportamiento fue Merlin Properties, que tan sólo cedió un 1% gracias a la confirmación de que la Comunidad de Madrid aprobará a finales de este mes la modificación urbanística que posibilitará el inicio de las obras de Madrid Nuevo Norte, el macrodesarrollo en el cuenta con una participación del 14%.
El otro socio minoritario en la tradicionalmente conocida como Operación Chamartín, Grupo San José, fue el único valor en todo el Mercado Continuo que acabó en positivo, con un avance más que simbólico de lo que fue la jornada: un 0,1%.
Sube la prima de riesgo
Mientras, los principales índices de Wall Street abrieron con tal presión vendedora que la sesión en la Bolsa de Nueva York hubo de interrumpirse durante unos minutos ante la imposibilidad de casar órdenes de compra y venta. Al cierre de la sesión en Europa, los indicadores norteamericanos acumulaban descensos superiores al 6%, con espectaculares desplomes en empresas del sector del petróleo como Chevron (-23%) y Halliburton (-34%).
El escaso refugio que encontraron los inversores fue la renta fija, especialmente la alemana, lo que elevó la prima de riesgo de España hasta los 110 puntos, toda vez que el dinero también huyó del bono español a 10 años.