El Ayuntamiento de Barcelona gastó 42.774 euros en los informes encargados para determinar la viabilidad del Museo Hermitage y que desaconsejaron ubicarlo en la Nova Bocana del Puerto de Barcelona. Así lo ha detallado este martes el teniente de alcalde de Cultura, Joan Subirats.
Los informes fueron encargados a autores de “solvencia contrastada” que, según Subirats, pone de manifiesto la voluntad de dar valor añadido a la decisión, que no estaba tomada.
Erratas en los informes
Entre los encargados de dar forma a los documentos se encuentran el filósofo y periodista Josep Ramoneda, que elaboró el proyecto cultural; un estudio de movilidad a Intra y Ole Thorson; uno de urbanismo a los catedráticos y profesores de la Universitat Politécnica de Catalunya (UPC) Álex Jiménez y Maria Rubert de Ventós, y otro de sostenibilidad económica a Xavier Cubeles y Eurocet.
Uno de los informes presentados que desaconsejaba la instalación del Hermitage, el de Ramoneda, fue duramente criticado en las redes sociales por su tono y las erratas ortográficas que contenía.
El consistorio se basó en estos informes para desechar la construcción del Hermitage en Barcelona en la zona de la Nova Bocana. Ofreció otros emplazamientos como el Moll de San Bertran; el Parque de la Barceloneta; la zona del Fòrum o las Tres Chimeneas y la antigua central térmica de Sant Adrià de Besòs (Barcelona). No obstante, ninguna de ellas ha suscitado el interés de los promotores.