Aecoc, la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores, ha celebrado este martes, 18 de febrero, en Madrid su 17 Congreso de Seguridad Alimentaria y Calidad, en el que se han dado cita más de 300 profesionales del sector para mirar hacia el futuro en materia de protección de los alimentos. Los ponentes han destacado la necesidad de compatibilizar sostenibilidad y seguridad, al tiempo que debe mejorarse la percepción de los consumidores sobre los alimentos. El futuro modelo europeo, la gestión de las alertas sanitarias y ese refuerzo de la confianza del público han sido los platos fuertes del día.
La presidenta del Comité de Seguridad Alimenticia y Calidad de Aecoc, Sagrario Pérez Castellanos, se ha encargado de abrir el acto y ha destacado la necesidad de tener una única normativa en Europa que se "adapte a los nuevos tiempos" y un sistema de alertas sanitarias eficaz. A juicio de Pérez Castellanos se debe apostar por una "seguridad alimenticia sostenible" que ofrezca a los consumidores "mensajes claros y tranquilizadores", porque "la seguridad alimentaria no es negociable", una frase en la que han coincidido varios ponentes.
Percepción negativa del consumidor
Pérez Castellanos ha destacado como dato llamativo que la mitad de los españoles cree que los alimentos que consumen contienen sustancias dañinas, concretamente "el 51%", pese a los "altos estándares" de seguridad alimentaria de España, uno de los países punteros en este campo.
La presidenta ha afirmado que existe una "clara brecha" entre la realidad, que evidencia que nunca ha habido mayores estándares de seguridad; y la percepción ciudadana, que marca que la comunicación debe jugar un papel "fundamental" en los próximos años para cambiar esta imagen y ganar la confianza de los consumidores.
"Comemos más seguro, pero menos saludable"
Tras la intervención de Sagrario Pérez Castellanos, el responsable de Seguridad Alimenticia de Aecoc, Xavier Pera, ha tomado la palabra para mencionat que "el modelo debe mejorarse en eficiencia y sostenibilidad", y ha dado paso a la ponencia de Ana Casals, asesora internacional y de Coordinación Científica de Aesan. Casals ha destacado los principales retos para alimentar a una población mundial en constante crecimiento y cada vez más envejecida. Estos hechos, unidos a que "los países que más crecen son también los que menos alimentos producen", a las condiciones que marca el cambio climático y al excesivo desperdicio de alimentos y la contaminación que genera, son aspectos a paliar y los grandes objetivos a acometer durante 2020. Casals asegura que "comemos más seguro, pero menos saludable" y hay problemas derivados de esas prácticas, como una preocupante cifra de obesidad infantil.
La experta de la Aesan ha mencionado que la mala comunicación a veces genera confusión a los consumidores y ha destacado que el 30% de las fakes news son sobre alimentación, lo cual repercute negativamente en la sociedad. A juicio de Casals se deben plantear "estrategias alineadas para un desarrollo sostenible" junto con una "política agraria común" que se fortalezca "con innovación e investigación", las dos palabras más repetidas en este congreso. Para finalizar, Casals ha resumido en una frase las intenciones del sector: "La seguridad alimenticia no es negociable", para ahondar en la necesidad de un "etiquetado sostenible", que debe lograrse con "una nueva estrategia nacional de seguridad alimenticia" y el impulso de "políticas en el ámbito de la nutrición" y mucha innovación "para poder alimentar a toda la población".
El papel de los científicos
Después de la intervención de Casals, han participado por videoconferencia desde Bruselas el congreso de Aecoc María Tejero, responsable de prensa de la Agencia Europea de Seguridad Alimenticia (EFSA) y Domagoj Vrbos, científico social de la entidad. Ambos han hablado de algunos falsos mitos sobre alimentación para destacar que podrían paliarse con ciencia y "garantizar así una comunicación transparente pero también coherente". EFSA agrupa a científicos de los 27 países miembros de la UE y dispone de cerca de 3.000, con los españoles a la cabeza, han destacado.
Tras la videoconferencia, ha tomado la palabra Jordi Cuatrecases, director de Desarrollo de Aecoc para hablar de las novedades en la definición del plan de vigilancia y gestión de alertas en España, que plantea "nuevas realidades a las que hay que adaptarse" y mecanismos igualmente novedosos en la corrdinación de las alertas sanitarias.
Mejora de las alertas sanitarias
Cuatrecases ha dado la palabra a Paloma Cervera, subdirectora general de Coordinación de Alertas y Programación de Aesan, que ha hablado de "las crisis" que se han debido superar en los últimos años, con la irrumpción de las vacas locas, dioxinas, E.coli, salmonella, Fipronil y la listeria, que hubo que superar el pasado año. Cervera asegura que en todos esos casos "las alertas funcionaron" y 2020 supone una oportunidad, ya que desde diciembre está vigente el nuevo Plan de Control Oficial de la Cadena Alimentaria 2021-2025, que refuerza, armoniza y actualiza la realidad de las alertas sanitarias. La Aesan destaca su corrdinación constante con la Guardia Civil, que ha permitido afrontar con éxito problemas como el generado por la carne adulterada La Mechá. La entidad asume ahora además el control sobre el comercio eléctronico, lo que supondrá nuevos retos.
Cervera afirma que la red de alerta sanitaria goza de buena salud, aunque se debe mejorar la colaboración en el sector, la actualización de procedimientos y que siga actuándose con contundencia frente a las crisis. "Transparencia y confidencialidad" son otras de las claves apuntadas en materia de alertas, pero también el control de las webs fraudulentas y los acuerdos con los grandes proveedores de internet para evitar actores tóxicos.
El problema de los plásticos
En cuanto al exceso de plásticos, Montse Castillo, directora técnica y coordinadora académica de Packaging de Repaq, ha coincidido en que "la seguridad alimentaria es lo más importante", para centrarse en las alarmantes cifras del plástico que no se recupera. Según Castillo, cada europeo produce al año 170 kilos de plásticos, que a su vez suman 24 millones de toneladas de envases de ese material al año, aunque de ellos solo se recuperan 16,7 millones de toneladas. ¿Dónde está resto? Posiblemente donde no debería estar, perjudicando el medio ambiente.
"Son plásticos descontrolados que no sabemos dónde van a parar". También ha destacado que siempre se culpa a los fabricantes de la contaminación por plástico, cuando los consumidores contribuyen a esparcirlo sin control en demasiadas ocasiones. Por ello, demanda una "solución global" que abarque a toda la sociedad para evitar el "gigantesco impacto ambiental" que genera el plástico que no se recupera: "No utilizamos bien los envases y necesitamos materiales alternativos" e igualmente "sistemas alternativos de recogida" para tener un mercado más sostenible. Así, se plantean materiales biodegradables y compostables, biobasados y compactables que permitan una "verdadera economía circular". Prueba de ello es el Loop, un sistema que permite hacer la compra íntegramente a través de envases de aluminio.