Este martes el Ejecutivo de Pedro Sánchez da luz verde a la aprobación de dos platos estrella de su menú fiscal. Tanto el PSOE como Unidas Podemos tenían en sus programas gravámenes a las clases más altas, a las transacciones bursátiles y a las empresas tecnológicas.
No será la primera vez que lo intente el Gobierno socialista. El año pasado, Pedro Sánchez quiso aplicar el impuesto a las tecnológicas, pero dado el bloqueo institucional y parlamentario que se produjo no se pudo cumplir, puesto que no salieron adelante los Presupuestos Generales. No obstante, la tasa a las tecnológicas no tendrá efectos hasta finales de año, aunque sea aprobada en el Consejo de Ministros.
Gravar en España
El propio Gobierno ha ido lanzando mensajes para que se sepa cómo, cuánto y cuándo se van cobrar estos impuestos. Nadia Calviño indicó que que el objetivo "es gravar ingresos obtenidos en España por grandes empresas internacionales a partir de ciertas actividades digitales que escapan al actual marco fiscal", para el caso de la tasa Google.
Así, tal y como indica el Gobierno, las compañías que se verán afectadas serán las que tengan un negocio superior a los 750 millones de euros por su actividad en España. "Esto ayudará a garantizar que las pymes no sean gravadas por este impuesto", explicó el Ejecutivo, que lo remitió a Bruselas el pasado año.
Dudas sobre la ‘tasa Google’
Así, dicho impuesto no repercutirá a los españoles directamente. No obstante, algunos expertos no lo tienen tan claro. Un informe elaborado por PwC indica que las grandes compañías tecnológicas dedicadas al comercio electrónico acabarán repercutiendo el coste del gravamen al cliente, ya que verán mermados sus beneficios en hasta 562 millones de euros y por ende, los clientes pagarán hasta 665 millones de más por la adquisición de los bienes y servicios gravados: es decir, unos 30 euros por cada usuario que utiliza la red para realizar sus compras.
Por otra parte, el Gobierno tiene intención de recaudar unos 1.200 millones de euros al año, aunque también existen dudas al respecto. La AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) recalcó en un informe que la cantidad será mucho menor, ya que prevé que será de entre 546 millones y 900 millones de euros.
Paso atrás
Pero el Gobierno quiere asegurarse de que no haya represalias por la aprobación de la tasa Google. El Ejecutivo, como se subrayaba anteriormente, va a retrasar la implantación hasta el próximo mes de diciembre, puesto que no quiere entrar en una guerra de aranceles con Donald Trump.
El presidente estadounidense ya mostró su rigidez con Francia cuando el país galo aprobó una tasa parecida a la que plantea el Gobierno español imponiendo gravámenes al vino francés.
850 millones por la ‘Tasa Tobin’
Bajo el nombre del famoso economista, este martes se da luz verde a este impuesto. El experto de la corriente keynesiana propuso en los años 70 restar rentabilidad a las operaciones especulativas, donde a muy corto plazo se obtenía un pequeño beneficio, que prácticamente se anularía con una pequeña tasa impositiva entre el 0,1% y el 0,25%.
Pongamos un ejemplo claro de cómo afectará este impuesto a nuestros bolsillos. Si se compran acciones de empresas cotizadas con más de 1.000 millones de capital (condición indispensable que pone el Gobierno para que se cobre el impuesto), cada operación de compra y de venta tendrá una carga fiscal añadida del 0,2%, independientemente del beneficio o pérdida patrimonial que suponga.
Carteras de inversiones
Desde Self Bank apuntan que esta tasa afectará a las rentabilidades de los fondos de inversión. “En su cartera incluyen valores de empresas con acciones gravadas por la tasa”. Inverco apostilló en un estudio que la nueva tasa podría ocasionar una pérdida de rentabilidades acumuladas de hasta el 7,4% para los fondos de inversión.
Otros instrumentos de ahorro a largo plazo como los planes de pensiones también podrían recibir un severo revés. La propia Inverco señala que hará perder un patrimonio del 5,6% en los próximos 25 años.