Las fintech han revolucionado el sector bancario. Los neobancos y los challenger banks no solo ofrecen al cliente una experiencia totalmente digital, sino también un catálogo de productos moderno y una política de tarifas low cost. Pero ¿son realmente bancos? ¿Ofrecen las mismas garantías que las bancas tradicionales?

El hecho de que cualquier entidad utilice términos relacionados con la banca para describirse no ayuda a aclarar la duda y, de hecho, puede confundir al cliente, según apuntan desde el comparador financiero HelpMyCash.com: “El problema es que a simple vista la mayoría de las nuevas fintech parecen bancos, porque recurren a la terminología propia de estas compañías y publicitan servicios aparentemente iguales”. Y añaden que “lo lógico sería pensar que cualquier entidad que ofrezca una cuenta y una tarjeta es un banco, pero nada más lejos de la realidad”.

Cómo saber si una 'fintech' es un banco 

La clave para saber si una empresa tecnológica financiera es o no una entidad de crédito está en averiguar su tipo de licencia. Para que una compañía sea considerada como un banco debe tener una licencia bancaria. Es la que tienen BBVA y Banco Santander, por ejemplo, y también algunas fintech como N26, Orange Bank, Bunq y Ferratum Bank, todos ellos presentes en España. También Monzo y Starling Bank, financieras de referencia en el Reino Unido, son bancos como tal.

Estas fintech con licencia bancaria son conocidas como challenger banks, están cubiertas por los fondos de garantía de depósitos (FGD) de sus respectivos países y sometidas a la misma regulación que un banco tradicional.

'Fintechs' sin licencia bancaria

Las empresas tecnológicas financieras que no disponen de licencia bancaria son los llamados neobancos. Algunos operan como entidades de dinero electrónico (EDE) tras haber conseguido la pertinente autorización, lo que les autoriza a ofrecer medios de pago --como tarjetas-- y emitir dinero que se almacena digitalmente para realizar operaciones de pago con terceros sin que medien monedas y billetes.

Revolut, una fintech británica con presencia en España, es un ejemplo de una entidad de dinero electrónico, a pesar que consiguió hace poco más de un año su licencia bancaria. Esta entidad no almacena de forma autónoma los fondos de sus clientes, sino que los conservan en otras dos compañías que sí son bancos: Barclays y Lloyd’s.

Se puede operar sin licencia bancaria o de EDE

Sin embargo, es habitual encontrar compañías que carecen tanto de licencia bancaria como de entidad de dinero digital. Y, aún así, les es posible realizar operaciones financieras gracias a las alianzas comerciales con otras compañías que sí cuentan con licencia. 

Es el caso de Bnext o de Bnc10, incluso del propio N26 en Estados Unidos --esta compañía es banco en Europa pero al otro lado del Atlántico opera con el respaldo de Axos Bank, que es quien gestiona el dinero de sus clientes--. La función de estos neobancos es únicamente gestionar la interacción entre el cliente y su dinero, ofrecer una experiencia de usuario diferente, poner la marca y fijar la oferta de productos y las tarifas, pero quien se encarga realmente de custodiar el dinero es la entidad que hay detrás. 

¿Dónde está el dinero?

Según HelpMyCash.com, el emisor de la tarjeta de Bnc10 es Prepaid Financial Services, entidad de dinero electrónico afincada en Londres y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido. Se trata de una EDE a la que también ha recurrido Rebellion Pay para ofrecer sus servicios. En el caso de Bnext, el emisor de la cuenta y de la tarjeta que lleva su logotipo es Pecunia Cards, EDE autorizada por el Banco de España. 

Por lo general, la licencia que tiene cada empresa se encuentra especificada en la sección de términos y condiciones de la web de la compañía. Cualquier entidad que haya obtenido una autorización de dinero electrónico o una bancaria en un estado miembro de la Unión Europea disfruta del conocido como “pasaporte comunitario” que le permite operar en el resto de países de la UE. Es importante conocer qué país ha emitido la licencia de cada compañía, para saber qué organismos nos protegen en cada caso y a qué requisitos están supeditadas. 

La seguridad, en el punto de mira

Los bancos están protegidos por su correspondiente FGD pero, ¿y los neobancos? Las entidades de dinero electrónico y las que se alían con ellas para ofrecer servicios financieros no cuentan con el respaldo de un FGD. Sin embargo, esto no implica que los fondos que reciben para convertir en dinero electrónico no cuenten con garantías de seguridad. Revolut afirma en su web que en caso de insolvencia, “podrás reclamar tus fondos de esta cuenta separada [la de Barclays y Lloyd’s] y se te pagará por tu reclamación por encima de todos los demás acreedores”. 

Las EDE españolas están supervisadas por el Banco de España y deben proteger el dinero de sus clientes en una cuenta corriente separada abierta en un banco o bien invertirlo en “activos seguros, líquidos y de bajo riesgo”, según la Ley 16/2009, como depósitos. Asimismo, y previa autorización de los reguladores, existe la posibilidad de que los EDE protejan el dinero de sus clientes con una póliza de seguro que no podrá ser emitida por una entidad del mismo grupo empresarial. 

Corresponde a cada cliente valorar qué función le va a dar a su cuenta, sobre todo cuando la entidad a la que recurrimos no es un banco como tal y no está protegida por un FGD. Eso sí, este tipo de fintechs --tengan licencia bancaria o no-- pueden ser de mucha ayuda gracias a sus tarjetas con mejores condiciones para viajar, a sus bajas comisiones en el terreno de los pagos en otras divisas y de las transferencias internacionales, etcétera.