La decisión que han tomado Ada Colau y el Ayuntamiento de Barcelona de no autorizar la instalación del Museo Hermitage en la nueva bocana del Puerto de Barcelona abre las opciones a otras ciudades españolas y portuguesas para optar al proyecto. Su adjudicación, además de dinamizar la actividad cultural, podría suponer una inversión cercana a los 50 millones de euros e impulsar la economía en general, y el sector turístico en particular.
Ciudades como Valencia, Alicante, Málaga o Lisboa reúnen los requisitos que inspiraron a los promotores de la iniciativa a proponer el Puerto como la ubicación idónea de un proyecto que combina la actividad cultural con la visión comercial.
Pendientes de la decisión
Los promotores del proyecto apostaron por Barcelona dada su proximidad al mar. Algo que cumple una ciudad como es Valencia que, además, cuenta con la Ciutat de les Arts como principal eje de cultura. Un espacio que se podría completar a la perfección con la instalación del Hermitage. Lo mismo sucede en Málaga, la ciudad de los museos.
Con cerca de 40, entre los que destacan el Museo Picasso, el Centro Pompidou o el Thyssen, la ciudad andaluza vería consolidada su apuesta por los museos con la entrada de la firma. Por su parte, Alicante conseguiría dar una proyección más cultural a un turismo tradicionalmente vinculado al sol y playa.
Otra de las opciones que barajan es Lisboa, ciudad que no cuenta con ninguna gran infraestructura museística con proyección internacional.