Las energéticas españolas tienen deberes pendientes en digitalización. Sólo el 19% de estas compañías han abrazado el cambio que brindan las nuevas tecnologías en su totalidad, “más allá de la excelencia operativa”, tal y como indica el informe Minsait sobre Madurez Digital en España 2019 que se ha presentado en una jornada en el Club Español de la Energía.
El análisis de esta sociedad del grupo Indra concluye que la falta de recursos humanos y la “inexistencia de un gobierno de datos” son los principales hándicaps a los que deben hacer frente las energéticas. Señala que apenas el 10% de los perfiles profesionales de sus plantillas son de especialistas en dato y analítica y que el 60% aún tienen pendiente definir qué quieren hacer con los datos que gestionan, la “responsabilidad y modelo de gobierno”.
Mayor tamaño, más retos
Minsait destaca que son los grandes nombres del sector los que tienen los mayores retos de transformación. Sólo el 30% de ellas usa los datos que dispone para tomar decisiones estratégicas y el sector “no tiene un enfoque muy agresivo” en la forma en que se adapta su modelo de negocio. De hecho, sólo el 10% de las compañías “aspira a pilotar negocios disruptivos” basados en toda la información que recaban.
Se pone el foco en especial en la relación con los clientes y en la imagen de marca. Las energéticas que usan los datos recabados para mejorar sus servicios se quedan en el 30% y llega a un limitado 38% en el caso de la monitorización frecuente de la percepción del grupo. “Ninguna empresa capta los movimientos de su competencia de forma exhaustiva y sólo un tercio aplica inteligencia en la escucha activa”, señala el análisis del sector, hecho que incide en la reputación.
Inversión en seguridad
La conclusión final del análisis es que se necesita abrazar de forma más clara la analítica del dato para aprovechar las ventajas que propicia. Incluso en una gestión más rentable del negocio.
En cuanto al trabajo pendiente del resto de ámbitos y que va más allá del sector energético, Minsait destaca los problemas de seguridad de las compañías españolas. El 80% de ellas cumplen a rajatabla las “políticas y mecanismos” para garantizar la seguridad de los datos de los usuarios. El problema es que las “técnicas analíticas para la prevención de fraudes” están implementadas en el 40% de las sociedades y la “identificación de riesgos futuros” se quedan en el 17%. Por todo ello, se requiere más inversión.