La crisis de Atlantia, accionista mayoritario de la concesionaria española Abertis, tiene un nuevo protagonista principal en la figura de Carlo Bertazzo, el nuevo consejero delegado de la compañía italiana. Se trata del nuevo hombre fuerte de la familia Benetton, que tomó el relevo de Marco Patuano a mediados del pasado 2019, y que simboliza la nueva estructura del imperio familiar tras el fallecimiento del patriarca, Gilberto Benetton. Pero antes de situarse en la primerísima línea del holding Edizione, Bertazzo ya fue designado para ocupar un puesto en el primer consejo de administración de Abertis formalizado tras el cambio accionarial. Y, además, con un objetivo definido: ejercer de contrapoder frente al otro socio de la compañía: la ACS de Florentino Pérez.
Bertazzo fue uno de los designados por Atlantia para ocupar los dos puestos que le corresponden en el consejo de la concesionaria española. El otro fue Giovanni Castellucci, por entonces consejero delegado de Atlantia, precisamente el cargo en el que le ha sucedido. Desde su responsabilidad como director financiero de Edizione, Bertazzo también pasó a formar parte del consejo de Cellnex, la otra gran apuesta de los Benetton en España, derivada del cambio de manos de Abertis. Dentro de la concesionaria, los papeles de los italianos estaban claramente repartidos: Castellucci se ocuparía de la parte más institucional, incluidas las relaciones con el Gobierno, mientras que a Bertazzo se le encomendaba la misión de atar en corto a ACS para hacer cumplir de forma escrupuloso lo que se había acordado en el pacto entre los socios.
Cambio de estrategia
La tragedia del puente Morandi y el fallecimiento de Gilberto provocaron un terremoto en el seno de Edizone. La principal víctima fue Marco Patuano, hasta entonces número dos del holding y persona de absoluta confianza del patriarca. En las negociaciones con ACS para la compra conjunta de Abertis, Patuano había representado el papel de ‘poli malo’, mientras que la cara amable había sido encarnada por Castellucci, que también gozaba del respaldo total de Gilberto Benetton.
Ninguno de los dos pertenecen ya al círculo de los Benetton. Patuano fue defenestrado como director general de Edizione y su lugar fue ocupado, precisamente, por Bertazzo. Mientras, Castellucci quedó en una situación de debilidad que no tardaría en pasarle factura. Cuando la Fiscalía que investiga el accidente del puente Morandi afloró la existencia de informes falsificados sobre el mantenimiento de las concesiones elaborados por empresas del grupo, se vio obligado a dimitir y, por consiguiente, a dejar también el consejo de Abertis. Su puesto fue ocupado por el presidente no ejecutivo de la compañía, Fabio Cerchiai.
Negociaciones con Roma
Con mando en plaza en Edizione y ahora en Atlantia, Bertazzo deberá ahora acometer una de las misiones más importantes en la historia de la compañía: negociar con el Gobierno italiano para evitar que tome la decisión de revocar las concesiones del grupo en Italia. La reciente aprobación de un decreto que reduce de forma muy significativa las cantidades a percibir por Atlantia en concepto de rescate de las concesiones por parte del Estado ha encendido todas las luces de alarma. La compañía ultima un pacto con el Ejecutivo a cambio de una sustancial rebaja tarifaria en los peajes pero la alternativa de la retirada de las concesiones sigue viva y dependerá en gran medida del desarrollo de las investigaciones en torno a las causas de la tragedia del puente Morandi.
El Movimiento Cinco Estrellas, que forma el actual Gobierno de coalición, insiste en la vía de la revocación de las concesiones, aunque la cartera de infraestructuras está en manos de su socio en el Ejecutivo, el Partido Socialista.
En las manos y el poder negociador de Bertazzo está el futuro de Atlantia y, al mismo tiempo, el de Abertis, que en las últimas horas ha visto como los efectos la crisis de su principal accionista comienzan a dejarse sentir en sus propias carnes. La agencia de calificación Standard and Poor’s (S&P) rebajó esta semana el rating de la concesionaria española, que quedó al borde de perder el grado de inversión. Algo que ya ha sucedido con Atlantia tras varios recortes a cargo de esta misma entidad y también de Fitch y Moody’s, que han amenazado incluso con nuevas bajadas si no desaparece la incertidumbre sobre sus concesiones italianas.