Había niebla. Espesa. Pero se intuye un tímido sol. Con esa analogía se expresa Robert Casajuana, economista y director de inversiones institucionales de SLM, que señala que los mercados ya pueden acogerse “a situaciones tangibles” y que eso es siempre lo más decisivo para un inversor. La formación del Gobierno en España, con Pedro Sánchez, con ministros que muestran un anclaje con las instituciones europeas, y con Unidas Podemos, que quiere demostrar que puede gobernar con las condiciones de la Comisión Europea, no inquieta. Y tampoco lo hace ya el Brexit, “porque se va a negociar, porque ahora el Gobierno británico lo tiene claro”. ¿Entonces? Lo que preocupa en el horizonte es Irán, es la posibilidad de un bloqueo internacional, que dispare el precio del petróleo.
Hay algunas sombras, claro. Pero el descenso en el crecimiento del PIB en España no parece que pueda ser pronunciado. Lo señalan los analistas de Axesor, al indicar que la economía española podría haber cerrado 2019 con un crecimiento del 2%, una décima por debajo de la previsión del Gobierno, pero todavía con un cierto vigor. Lo que prevé Axesor es que, aunque la demanda interna en 2020 moderará su crecimiento, seguirá siendo el principal motor de la economía, y que las rentas de las familias seguirán creciendo a tasas del 4% nominal, debido a una subida de los salarios, que podría compensar la desaceleración en el crecimiento del empleo.
El Brexit, más controlado
Todo eso es cierto. Se ha perdido intensidad, pero los nubarrones se han alejado. Lo indica también el analista de IG, Sergio Ávila, al entender que los peligros se han acotado. Uno de ellos, el principal en los dos últimos años, ha sido el Brexit. Y lo que se tiene ahora es una confirmación: los parlamentarios británicos han aprobado una ley, el pasado jueves, que permitirá al Reino Unido abandonar la Unión Europea el 31 de enero, con lo que finaliza un plazo de tres años de conflicto, en los que no se podía prever nada, y donde la ruptura traumática ha estado a punto de suceder en diversas ocasiones.
Otro punto importante ha sido la decisión de la delegación del Gobierno chino de firmar unos primeros acuerdos con Estados Unidos, en las próximas semanas, para atajar la guerra comercial que ha perjudicado, especialmente, a la Unión Europea, y a su principal locomotora económica, Alemania.
Operaciones empresariales
En los últimos días, la política monetaria laxa del Banco Central Europeo y la fluidez de dinero en los mercados ha permitido diferentes operaciones empresariales: CaixaBank colocó 1.000 millones de euros en deuda senior preferente; Bruselas aprobó la compra del 60% de Allianz Popular por Santander; Red Eléctrica realizó una emisión de bonos por 700 millones de euros, con un vencimiento a ocho años y medio; y Cellnex, entre otras operaciones empresariales, colocó 450 millones de euros en bonos a siete años para refinanciarse.
Lo que los analistas constatan es que hay deseos de invertir, de mover capitales, y que las circunstancias, todavía complicadas, son mejores ahora que hace unos meses. La preocupación es Irán, pero también se entiende que puede existir “una cierta tetralización”, como apunta Casajuana, porque ni el Gobierno iraní ni el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desean iniciar una carrera bélica que acabe implicando a la explosiva región de Oriente Próximo.
Comercio minorista
¿Qué pasa con el radar más bajo? Un indicador importante, en el caso de España, lo ofrece las ventas del comercio minorista, que en noviembre se incrementaron en un 0,5% mensual. No se trató de un salto importante, pero sí se cambiaba el ritmo, después de una tendencia a la baja, que se había constatado desde el mes de mayo. Y en términos interanuales ese crecimiento ha supuesto un 2,9%.
Pero como ha ocurrido en Cataluña, con el llamado coste de oportunidades, el problema de la economía española en su conjunto es el potencial truncado por la falta de reformas, producto de la parálisis política. Al margen de la coyuntura internacional, y de esas sombras que se han ido despejando, el problema es que no hay reformas estructurales desde los primeros años de Gobierno de Mariano Rajoy, según señalan todos los analistas consultados.
Parálisis política
Axesor lo señala como una cuestión determinante: “Una de las dificultades de la economía española reside en elevar su crecimiento potencial; la parálisis parlamentaria ha parado en seco las reformas estructurales, las cuales, cuando se pongan en marcha, tardarán varios trimestres en ver resultados. Si consideramos que el crecimiento potencial de la economía española se sitúa alrededor del 1,5%, en 2020 estaría prácticamente creciendo a ese ritmo potencial. A partir de ahí, se hará más difícil volver a crecer por encima del potencial sin reformas estructurales”.
La cuestión es que dependerá, en gran medida, de lo que se haga en la política doméstica, en los posibles acuerdos a los que se llegue en el Congreso. Eso sumará más o restará que la coyuntura internacional, que deja a los mercados con un relativo optimismo, con menos nervios que hace sólo un par de meses.