Los empleados de Continental Automotive en Rubí (Barcelona) realizarán dos días de huelga (15 y 24 de enero) tras la decisión de la compañía de poner en venta la planta como consecuencia de una reestructuración que afectará a 5.000 trabajadores en todo el mundo. El objetivo de los paros es el de presionar a la empresa para acelerar la venta y garantizar el futuro de la fábrica.
El comité de empresa ha llamado a los 760 trabajadores de Rubí a secundar una jornada de huelga durante la semana que viene y otra la siguiente. La decisión llega después de que el pasado noviembre la compañía anunciara la intención de desligarse de su planta. No obstante, la dirección no ha dado pistas sobre la entrada de compradores.
Los sindicatos critican la "lentitud"
El secretario general de la federación de Industria de CCOO en el Vallès Occidental, Josep Rueda, ha detallado que la empresa les ha trasladado que hay “dos o tres” compañías interesadas en hacerse con la planta de Rubí. "Nos preocupa la lentitud con la que se están llevando las cosas. Vivimos con mucha incertidumbre. Queremos que, en paralelo a la aparición de cualquier posible comprador, Continental elabore ya un plan de prejubilaciones y bajas para dar salida a las personas que puedan no tener cabida en el nuevo proyecto de reindustrialización", ha señalado.
La fábrica de Rubí se dedica principalmente a la elaboración de pantallas y controles analógicos para la industria de la automoción. Así, se trata de un área que Contienental pretende dejar fuera dentro de su reestructuración destina a mejorar su competitividad y que pasa por reforzar la movilidad eléctrica.
La reestructuración afectará a unos 5.000 trabajadores de Continental en todo el mundo. No obstante, CCOO ha apostillado que la planta de Rubí es una planta “solvente y competitiva”, al tiempo que ha pedido inversiones para producir “componentes para vehículos eléctricos”.