Renfe obtuvo un beneficio neto de 76,48 millones de euros en los diez primeros meses del año, un 2,4% más respecto al pasado año, impulsada por el AVE y a pesar de los paros que dos sindicatos llevaron a cabo en la empresa en los meses de verano. Los ingresos totales de la compañía ferroviaria pública progresaron un 2,5% entre los pasados meses de enero y octubre, hasta sumar 3.359 millones de euros.
La facturación por transporte de viajeros en sus distintos tipos de trenes creció también un 2,7%, hasta totalizar 3.095 millones de euros, según informa la empresa.
Impulso del AVE
En concreto, los trenes AVE y Larga Distancia le reportaron ingresos de 1.925,6 millones de euros hasta octubre, un 2,5% más, mientras que los que tienen consideración de servicio público (Cercanías y regionales) facturaron 659,2 millones.
A esta partida hay que sumar la aportación que recibe anualmente del Estado para compensar por la prestación de estos dos tipos de trenes de servicio público, que hasta octubre alcanzó un importe de 969,74 millones de euros.
425 millones de pasajeros
El continuo aumento de viajeros impulsó las cuentas de Renfe, dado que elevó un 1,9% el número de total de pasajeros transportados en los diez primeros meses, hasta sumar 424 millones de pasajeros.
En el caso del AVE, servicio en el que tendrá competidores a partir de finales de 2020, el porcentaje de crecimiento asciende hasta el 5%, dado que en este periodo viajaron en este tipo de trenes 18,74 millones de usuarios.
Repunte de gastos
No obstante, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) de la operadora descendió un 1% al término de octubre, periodo que concluyó en 407,28 millones de euros, como consecuencia del incremento del 3% que se anotó en el capítulo de gastos totales. El pago de cánones a Adif por el uso de las vías del tren y las estaciones constituye la principal partida de gastos, dado que hasta octubre supuso 1.040 millones, un 0,8% más.
Después se sitúan los gastos de personal, que crecieron un 4% hasta sumar 784,17 millones de euros, el de mantenimiento de los trenes, que importó 340 millones (+1,3%), y el de la energía necesaria para que circulen, que arrojó una factura de 236 millones, un 1% más. En el capítulo financiero, al cierre del décimo mes del año, Renfe acumulaba un recorte de su endeudamiento neto del 4% en comparación al que presentaba a comienzos de año, de forma que su pasivo se situaba en 4.194,36 millones de euros.