Es la campaña para recuperar la imagen de Barcelona tras los fuertes disturbios acaecidos tras la sentencia condenatoria del procés en Cataluña. Sector turístico, comerciantes, Ayuntamiento y Generalitat han presentado hoy Barcelona, a city for sharing (Barcelona, una ciudad para compartir), con la que pretenden revivir la reputación de la ciudad condal.
El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha avanzado que la acción de marketing se dará a conocer a nivel internacional y en la red de AVE, donde se busca atraer de nuevo a los turistas nacionales, los que han estado más expuestos a las imágenes de la violencia provocada por los CDR y el Tsunami Democràtic en Cataluña. Por su parte, desde el consorcio Barcelona Turisme se ha destacado que la campaña, centrada en la promoción internacional de la Navidad, busca "poner en valor el estilo de vida y potenciar el comercio, la gastronomía y la cultura de la capital catalana".
¿Cómo es la campaña?
Con estos mimbres, las dos administraciones, la asociación comercial Barcelona Oberta y el vehículo de promoción han pergeñado una campaña que pivota sobre cuatro ejes. El primero es Barcelona shopping city, que aporta un listado temático de la red comercial de la ciudad condal. El segundo, llamado Disfruten de Barcelona, enlaza con la agenda cultural y de ocio de la segunda mayor ciudad española.
Se fija también la iniciativa de promoción en los visitantes foodies, a los que trata de convencer con la acción Sabores de Barcelona. Es aquí que Barcelona Turisme registra y ofrece las experiencias gastronómicas, de enoturismo o las relacionadas con los cursos y talleres relacionados con la cultura del buen comer. Para el visitante más activo, City for sharing piensa en Cosas que hacer, apartado-escaparate que muestra las actividades relacionadas con la industria vacacional.
Caída de turistas y caja
La acción de marketing conjunta se ha presentado semanas después de que gestores de alojamientos turísticos y comerciantes alertaran del daño que están provocando las protestas independentistas a la imagen de la ciudad. Estos últimos, por ejemplo, advierten de que el gasto se ha desplomado un 30% como consecuencia del clima de "anormalidad" que reina en la ciudad. Se refieren, sobre todo, a los cortes de calles y a la polémica acampada secesionista de la plaza Universidad.
De hecho, las movilizaciones del nacionalismo radical catalán han impactado hasta en el alumbrado navideño. Lugares como la plaza Universidad, tomada aún por centenares de tiendas de campaña, no tendrán iluminación por fiestas --de momento-- hasta que los estudiantes se retiren del espacio. Lo mismo ocurrirá, de momento, con la calle de Pelai, en la que no se colocarán luces por seguridad.