Trabajar 27 horas semanales sin remuneración. Esta es la situación en la que se encuentra la mayoría de los cuidadores no profesionales. De hecho, el 82% compagina esta tarea con otro empleo. Así lo recoge la encuesta Merck, sobre la situación de los que velan por personas dependientes.
Según Ana Polanco, directora de Corporate Affairs de Merck en España, “el objetivo de esta iniciativa es hacer visible la importante labor que realizan los cuidadores, engranaje clave de la atención al paciente y que se conozca mejor la realidad de estas personas, que no son trabajadores profesionales y anteponen la atención del dependiente a su propia salud”.
2,3 millones de dependientes
El cuidador/a no profesional es una figura de gran relevancia y, en España, hay 2,3 millones de personas dependientes, atendidas en su mayoría (80%) por cuidadores no profesionales, que atienden a padres o suegros (54%), abuelos (19%), pareja (9%), hijos o hermanos (5%) con problemas de movilidad asociados a la edad (46%), envejecimiento general (45%), discapacidad física (29%), patologías neurológicas (24%) como Parkinson, Alzheimer, Esclerosis Múltiple, o enfermedades crónicas (20%).
Esta responsabilidad provoca que, en algunos casos, las jornadas se extiendan hasta 12 horas diarias. Además, en España, el cuidado de un familiar dependiente se suele prolongar en el tiempo durante un periodo medio de 7’5 años.
Impacto en la vida del cuidador
Aceptar el rol de cuidador/a no profesional de una persona en situación de dependencia tiene un gran impacto en la vida de los cuidadores. La presión económica (40%), el impacto profesional (34%) y el haber tenido que reducir horas de trabajo (32%) son los tres impactos más frecuentes a los que se tienen que enfrentar los españoles tras asumir el cuidado de un familiar o amigo dependiente.
Lo que más acusan los cuidadores no profesionales es el impacto que esta responsabilidad ha tenido en su salud y bienestar. La mayoría de ellos (57%) relega su salud a un segundo plano y un 75% se ha visto perjudicado por no descansar correctamente, no hacer ejercicio físico y desatender sus propias citas médicas. Además, un porcentaje elevado sufre consecuencias psicológicas, como ansiedad (68%) y depresión (55%), debido a la carga y la falta de apoyo.