Las futbolistas de Primera división española están en pie de guerra por la negociación de su convenio colectivo, para el que iniciaron conversaciones hace un año y todo continúa igual, razón por la que irán a una huelga indefinida a partir de la novena jornada de Liga, la del fin de semana del 16 y el 17 de noviembre, si es que nadie lo remedia antes.
Las jugadoras reclamaban un salario mínimo de 20.000 y se niegan a aceptar contratos de media jornada, mientras que la patronal poco se ha movido de su oferta de incluir un mínimo del 50% de la jornada laboral en el convenio. Ha subido de 13.000 a 16.000 euros su oferta, un 23% más, algo que a las jugadoras les parece ofensivo. Y son precisamente estos aspectos los que ha frenado en seco las negociaciones y ha propiciado la convocatoria de una huelga en breve plazo. En el año que dura ya la negociación, se han mantenido hasta 18 reuniones para tratar de llegar a un acuerdo y no ha habido manera, hasta que esta semana se han roto las comunicaciones después de que el lunes fracasara igualmente un acto de conciliación en la sede del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), trámite necesario antes de la convocatoria en firme de la huelga.
Acusaciones cruzadas
Ambas partes se acusan mutuamente de no querer progresar en el convenio y obstaculizarlo. Pero lo que más ha irritado a las trabajadoras del fútbol español es que la patronal les ofrezca contratos a tiempo parcial, por el 50% de la jornada, que tachan de despropósito y un agravio con respecto a los hombres. El convenio del colectivo del fútbol masculino incluye la totalidad de la jornada. Califican de absurda la posibilidad de ser contratadas por 20 horas semanales en lugar de 40, y algunas se preguntan si bajo esas circunstancias deberían dejar de entrenar o bien disputar solo la mitad de los encuentros, ironizan también.
De la misma manera, los contratos de media jornada incluirían la mitad de los conceptos: de la cotización a la Seguridad Social, del derecho al subsidio del pago, del tiempo de baja y de vacaciones. Las futbolistas plantean igualdad de condiciones con los hombres y se niegan a negociar jornadas reducidas, ya que así, en el mejor de los casos, percibirían únicamente 8.000 euros anuales, una cantidad por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y en todo caso una opción ya innegociable a estas alturas. La huelga indefinida ha sido refrendada por el 93% de las futbolistas de élite españolas. Seguirán entrenando, pero desde entonces no disputarán partidos hasta que se avance en la negociación.
"Ni acuerdo ni acercamiento"
Keka Vega, delegada de fútbol femenino de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), se retiró del balompié tras su paso por el fútbol inglés, al que llegó en 2013 de la mano del Bristol Academy para acabar su carrera en el Keynsham Town y tras haber jugado antes en el Estudiantes Huelva, AD Torrejón y Rayo Vallecano, ganando tres Ligas y una Copa y jugando la UEFA Champions League con este último. También fue jugadora de la selección nacional y ahora no atisba una solución al conflicto que afecta a las futbolistas, que conoce muy bien desde su posición.
Preguntada por si habrá huelga finalmente, Keka Vega no ve otra posibilidad en el horizonte, al menos por el momento: "Pues parece ser que sí habrá huelga. El lunes fue el acto de conciliación en la sede del SIMA y no hubo acuerdo, no hubo ni acercamiento por parte de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino. Se mantienen firmes con su postura y por parte de las futbolistas, lo mismo".
Cuestión de "echar números"
En cuanto a qué tendría que ocurrir para que se desbloquease el conflicto y se llegase a un acuerdo entre todas las partes, Keka tiene claro que es una cuestión de dinero y no será fácil: "Yo siempre digo que se tendrán que echar números, echar cuentas, que se pongan de acuerdo las partes que manejan el dinero y que lleguen a un acuerdo porque si no, así es imposible".
Aunque las jugadoras aceptaron rebajar sus pretensiones económicas de 20.000 a 16.000 euros al año, la negociación se rompió: "No pedimos 20.000 euros, ya lo rebajamos. Es decir, los clubes deciden que ellos no van a hacer contratos al 50% porque al final estamos hablando de un sueldo mínimo anual de 8.000 euros y AFE se ha rebajado un poco y ofrece 16.000 al 75%. Estamos igualmente hablando de un sueldo mínimo anual de 12.000 euros. Las cantidades, como se puede ver, son ridículas. El problema aquí siempre ha sido la parcialidad de ese 50% y aceptamos el 75% para al menos tener esos 12.000 euros de salario mínimo".
"Cosas básicas"
Por otra parte, si uno compara las cifras del fútbol masculino con el femenino, parecen deportes diferentes. Preguntada sobre si se imagina en el fútbol de los hombres un problema similar, Keka también se expresa de manera rotunda: "Ni me lo imagino. Es que partimos de la base de que ellos tienen convenio colectivo y nosotras no. Y que nuestros compañeros masculinos tengan su convenio y nosotras no ya dice mucho".
El fútbol femenino español ha crecido extraordinariamente en los últimos años, tanto a nivel de club como de selección, pero haría falta una entidad que mediara entre tantas diferencias, y la delegada de la AFE para el fútbol femenino tampoco las ve: "La huelga, como bien se ha dicho, ha sido el último cartucho para las jugadoras, pero no es una situación fácil. Al final son superprofesionales, llevan luchando por muchas cosas durante muchos años y ven que la única manera de poder hacer presión es pararse y que reivindiquen sus derechos. Es que estamos hablando de unos derechos laborales mínimos y además esto va mas allá del dinero: estamos hablando de unas cláusulas sobre todo el protocolo del acoso, de embarazo y lactancia, de incapacidad permanente... Vamos, cosas básicas que existen en cualquier convenio de trabajadores".
"Queremos un convenio basado en la igualdad"
A pesar del evidente pesimismo sobre esta cuestión, Keka Vega quiere ser optimista y pensar que puede alcanzarse una solución a tiempo que impida que las futbolistas vayan a una huelga indefinida, que realmente no quiere nadie: "Yo no pierdo la esperanza. Lo que esta claro es que las jugadoras estas fuertes, se han plantado y vamos a ver qué sucede estos días, Nosotras siempre hemos tenido una actitud positiva de querer escuchar, pero en el momento que vemos que los clubes de fútbol femenino se mantienen en una actitud muy rígida muy estricta y no vemos que haya acercamiento, pues evidentemente te hace sentirte triste, la verdad".
Por eso, la exfutbolista, que aún tiene muy presente el fútbol en activo, hace un llamamiento para que se conozcan de verdad sus reivindicaciones, que sí contemplarían cualquier otro convenio: "Queremos un convenio colectivo de mínimos, digno y basado en la igualdad. No nos olvidemos que la igualdad es un principio fundamental en un Estado de Derecho social y democrático, y esto sí que me gustaría resaltarlo porque estamos luchando, muchas chicas están luchando, no por derechos, sino por derechos mínimos".