La junta general extraordinaria de accionistas de Dia aprobará, previsiblemente este martes, 22 de octubre, una ampliación de capital por importe de 605,5 millones de euros respaldada por LetterOne, sociedad controlada por el inversor ruso Mikhaíl Fridman y propietaria de casi el 70% de la cadena de supermercados.
La junta de accionistas de Dia autorizará, en concreto, una operación acordeón (medida para no disolver la empresa), con la reducción de capital 56,02 millones de euros mediante la disminución del valor nominal de las acciones con la finalidad de compensar pérdidas, a la que posteriormente seguirá la ampliación de capital mediante la emisión de 6.055,5 millones de acciones ordinarias a un precio de 0,10 euros.
Refinanciación y recapitalización
De ese importe, 0,01 euros corresponden al valor nominal, mientras que los 0,09 euros restantes representan la prima de emisión, que se llevará a cabo en dos tramos diferentes, uno de compensación de crédito y otro en aportaciones dinerarias.
Según consta en el orden del día de la junta, el aumento de capital se enmarca en el proceso de refinanciación y recapitalización de la compañía, en virtud del cual LetterOne ha adelantado a la cadena de supermercados 490 millones de euros mediante la suscripción de dos préstamos participativos que ya se encuentran dispuestos en su totalidad, debido a las necesidades inmediatas de liquidez de la firma.
Descenso del 7%
La compañía Dia registró unas pérdidas netas de 418,67 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supone multiplicar por 14 los números rojos de 29,48 millones de euros que se anotó un año antes. La cadena de supermercados achacó este resultado al "fuerte" impacto negativo en los resultados relacionado con el "importante" descenso de las ventas y también por los efectos excepcionales registrados durante el período por las diferentes medidas adoptadas para establecer una base "adecuada" y dar un cambio de rumbo a largo plazo al grupo.
Entre enero y junio, las ventas netas alcanzaron los 3.400 millones de euros, lo que supone un descenso del 7%, mientras que el resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado se situó en 33,2 millones de euros, el 83,9% menos. Esta ampliación de capital de Dia puede ser una de sus últimas bazas para no verse abocada a la desaparición.
En manos de Fridman
La ampliación de capital de Dia podría ser una buena noticia de no ser porque es el magnate ruso Mikhaíl Fridman, de 55 años, quien controla casi el 70% de la compañía a través de la sociedad LetterOne. Fridman es un personaje peculiar y controvertido que hasta ahora viene demostrando que en los negocios no tiene amigos. Por eso declaró este lunes ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón por su presunta responsabilidad en las maniobras empresariales que llevaron a la quiebra a la mercantil Zed WorldWide, multinacional española de servicios móviles avanzados a la que habría asfixiado hasta acabar en concurso de acreedores.
En su declaración presencial, el magnate ruso, que también cuenta con las nacionalidades ucraniana e israelí, negó cualquier responsabilidad en la quiebra de la citada compañía, aludiendo a que él no tenía capacidad decisoria alguna y no tuvo ninguna participación en la insolvencia de Zed. Además, culpó de la mala gestión a sus administradores y en particular, del que fuese CEO, también investigado en la causa, Javier Pérez-Dolset.
Absorción ilegal de empresas
Fridman está imputado en esta causa desde principios del mes de agosto, a petición de la Fiscalía Anticorrupción al considerar que lideró "una práctica que se conoce en el entorno criminal ruso como raider (asalto o ataque) o absorción ilegal de empresas.
Lo hizo controlando presuntamente toda una serie de "maniobras" para llevar a la "asfixia económica" a la tecnológica española y poder adquirirla por 20 millones de euros, un precio muy por debajo al de mercado. Por esa causa se le imputan los presuntos delitos de maquinación para alterar el precio de las cosas, administración fraudulenta, insolvencia punible y corrupción en los negocios. En todo caso, Fridman quedó este lunes en libertad y la Fiscalía Anticorrupción no solicitó para él la imposición de medidas cautelares.
¿Cómo se hizo con Dia?
Mikhaíl Fridman no solo está siendo investigado por la Audiencia Nacional en relación a la quiebra de Zed. Tiene otra causa abierta para conocer cómo maquinó una operación para alterar a la baja las acciones de Dia para comprar así la cadena de supermercados a través de LetterOne. El magnate está acusado de liderar un "entramado societario criminal" que actuó para provocar una situación de "bloqueo de liquidez a corto plazo a la compañía".
Esta decisión se conoció este lunes, el mismo día en que el empresario acudía a la Audiencia Nacional a declarar en esa segunda causa instruida por el juez Manuel García-Castellón, en la que se le imputa haber provocado de la misma manera el hundimiento de la tecnológica Zed para comprarla a bajo precio.
Tiburón multipremiado
Fridman es un tiburón empresarial, un hombre que ha demostrado su valía para los negocios, otra cosa son las formas. En sus comienzos, con solo 100.000 dólares (89.680 euros), cofundó en diciembre de 1990 Alfa Bank, se convirtió en su presidente y la entidad creció en unos años hasta el punto de convertirse en el banco privado más grande de Rusia.
Fridman ha recibido importantes galardones por su labor profesional, como en 2003, cuando recibió el premio y placa de oro de la Academia Internacional del Logro en Washington de manos de Bill Clinton, o el Premio Darin 2004. Ese mismo año también fue incluido por el Financial Times en su lista de "Líderes de la Nueva Europa 2004" y fue uno de los "25 líderes de Europa" de la revista Fortune ese año. Igualmente fue designado por la revista GQ Magazine como Hombre de Negocios del Año en 2006.
En todo caso, teniendo en cuenta cómo se las gasta Fridman en las finanzas y el tipo de causas que tiene abiertas, que controle el 70% de Dia no se sabe si es una buena o una mala noticia para la compañía antaño española. Que Fridman lidere una compañía no supone un aval y no es en absoluto garantía de solvencia, porque de la misma manera que inicia negocios millonarios, los finiquita sin complejo alguno.