Convertimos demasiada comida en basura y es algo en lo que la mayoría no repara. Pero lo cierto es que el desperdicio alimentario aumentó un 8,9% en España durante 2018, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que asegura que quien más alimentos sin cocinar tira son los hogares familiares con miembros hasta los 49 años, con niños menores de 6 años o bien las parejas sin hijos.

Los datos del ministerio hablan de un total de 1.127 millones de kilos de alimentos desechados que eran productos sin usar y 212 millones de kilos de alimentos cocinados solo durante el pasado año. En total fueron 1.339 millones de kilos o litros de alimentos o bebidas desperdiciados, un 8,9% más que en 2017 o 109 millones de kilos o litros más que hace un año. España ocupa el puesto número 13 en el ranking de países europeos que más comida desperdician, con una media de 173 kilos por persona y año. O sea que el 18% de los alimentos que compramos los españoles acaba en la basura.

Madrid, a la cabeza

Así, la tasa total de desperdicio de alimentos sobre el total de alimentos comprados ascendió en 2018 hasta el 4,6%, un 0,3% más que en 2017, siendo las regiones que más desperdician el área metropolitana  de Madrid, que está a la cabeza; Andalucía, Levante, el noreste peninsular, representado por Cataluña y Aragón), el noroeste y centro peninsular y el área metropolitana de Barcelona.

Reducir el desperdicio alimentario es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, y eso es tarea de todos, especialmente de las administraciones, que deben concienciar sobre este problema. Pero también de cada particular, que ha de hacer un uso adecuado de los alimentos que compra para no verse obligado a tirarlos.

Toneladas de frutas y verduras de un vertedero en España / EFE

Objetivo, reaprovechar

Por eso han surgido iniciativas que permiten reaprovechar la comida que sobra y la opción más cómoda y novedosa pasa por las aplicaciones móviles. El objetivo es que la comida sobrante de mercados, restaurantes y otros negocios de restauración puedan reaprovecharse y no pasen a formar parte de los millones de kilos de basura que se generan cada día. Algunos ejemplos:

Nice To Eat You es una app que permite a empresas ofrecer cada día al final de la jornada lotes de alimentos que van a desecharse a particulares. Nice to eat you (Encantado de comerte) es una plataforma en la que se publican ofertas de alimentos que los comercios no han logrado colocar a lo largo del día, que se venden después con un descuento mínimo del 40%. Según sus responsables, con Nice to eat you, todos ganan, porque los usuarios consiguen comida en perfecto estado a precios reducidos, los comercios colaboradores revalorizan su comida excedente y el planeta se beneficia de un consumo más responsable de todos”. Además, buscan a colectivos vulnerables y les facilitan el acceso a los alimentos de su plataforma mediante acuerdos de colaboración con entidades benéficas a través de “lotes solidarios” y un mecanismo de donación de alimentos.

Too Goog To Go o "Demasiado bueno para ir" es otra aplicación que surgió para plantar cara al desperdicio de alimentos Ha llegado a España este año pero ya tiene más de cinco millones de usuarios en el resto de Europa tras ver la luz en 2016 en Dinamarca. Funciona de manera similar a Nice to eat you, permitiendo que establecimiento de restauración de todo tipo revendan a bajo precio sus excedentes de alimentos a través de su app, en la que citan que “un tercio de la comida que se produce a nivel mundial acaba directamente en la basura” y no solo se desperdicia la comida, “sino todos los recursos y procesos que se han invertido para producirla, desde el agua hasta el terreno y el trabajo desarrollado”. Sus descuentos mínimos alcanzan igualmente el 40% y dicen que han salvado ya 13 millones de paquetes de comida que iba a ser desaprovechada, que serían 25.984 toneladas de CO2 no emitidos a la atmósfera.

Soy Comida Perfecta, esta vez en español, es una app que funciona como una gran tienda de alimentos que ya iban a ser desechados. Es sin duda la más ventajosa para el consumidor de las aplicaciones creadas para evitar el despilfarro de comida, ya que aseguran que permite ahorros del 80% en la compra de esos alimentos, que aún estando en buen estado no lucen como para seguir en los mostradores de las tiendas. Entregan comida a domicilio en toda la provincia de Barcelona por un importe mínimo de 15 euros, mientras que el coste mínimo por pedido es de 4.99 euros.

Ni las migas, también en castellano, está disponible en Madrid e inmediaciones e igualmente pone en contacto a establecimientos colaboradores que prevén tirar comida con consumidores. Es netamente española, ofrece precios reducidos y una hora fija de recogida y ya tiene más de 10.000 usuarios.            

Yo no desperdicio es una app de Prosalus que funciona como herramienta colaborativa con el objetivo de compartir alimentos. Permite que cualquiera pueda anunciarlos. Admiten donaciones e incluyen una cuenta bancaria donde pueden realizarse.

Tapper publicita que otras formas de consumo son posibles. Funciona como el resto pero tiene menos establecimientos donde elegir los alimentos que las anteriores y además, su app solo es operativa en Android.

WeSAVEeat, o Salvemos la comida, nació en 2017 en Barcelona. Tiene una lista de más de 150 establecimientos adheridos que dispensan sus excedentes a precios muy bajos. Funciona en Barcelona, Madrid y Zaragoza, ciudades en las que más de 5.000 usuarios ya la utilizan.

Olio funciona en cualquier país del mundo. Conecta las tiendas locales con los vecinos para compartir la comida sobrante, pero también artículos del hogar y la novedad es que todo es gratuito. A través de la app se puede juntar a vecinos de una misma zona para reaprovechar la comida tras organizar una cita en un punto prefijado.