La riqueza financiera neta de las familias españolas se situó en 1,572 billones de euros en el segundo trimestre de 2019. Se trata por tanto de un incremento del 5,2% con respecto al mismo periodo del año anterior, al tiempo que marca un máximo histórico, según las Cuentas Financieras publicadas por el Banco de España este martes.
En relación con el PIB, los activos financieros netos suponen el 128,4%, lo que deja una ratio de 2,1% por encima de la del año anterior. Esto confirma que la riqueza de los hogares se mantiene por encima de los niveles previos a la crisis económica, cuando en el primer semestre de 2007 rozaba el billón de euros.
Efectivo y depósitos concentran los activos
Los activos financieros de hogares e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH) alcanzaron hasta marzo los 2,34 billones de euros, un 3,5% más que un año antes, debido a una adquisición neta de activos financieros de 45.000 millones de euros durante el último año y a unas revalorizaciones netas de 35.000 millones por el incremento de los precios de los activos de renta variable.
Por componentes, el grueso de los activos financieros de los hogares se encontraba en efectivo y depósitos (el 39% del total), seguido de participaciones en el capital (27%), seguros y fondos de pensiones (16%) y participaciones en fondos de inversión (14%).
Baja la deuda
El efectivo y depósitos y los fondos de pensiones fueron los componentes que más incrementaron su peso en los activos financieros de los hogares (+0,4% en ambos casos) con respecto a un año antes, mientras que el peso de las participaciones en fondos de inversión fue el que más cayo (-0,6%).
Mientras, la deuda consolidada de los hogares e ISFLSH y de las empresas alcanzó 1,617 billones de euros al término del segundo trimestre, el 132,1% del PIB, lo que supone una caída del 5,2% con respecto a 2018.