A los responsables de los neobancos les gustaría que nos refiriéramos a estas nuevas entidades como "bancos que no actúan como los bancos”. Aunque si tuviéramos que definirlos con un poco más de precisión podríamos afirmar que son plataformas tecnológicas que dan servicios bancarios y financieros, pero que se distancian de la banca tradicional.
Estas plataformas operan de manera 100% online, combinando tecnología y finanzas, y existen en distintos ámbitos, aunque destacan dentro del panorama bancario porque facilitan las cosas, o ese es su objetivo: ser una alternativa más dinámica a la banca tradicional. Sus productos son transparentes y no conllevan costes, algo que valoran mucho los clientes que recelan de los bancos de siempre.
Apenas cuatro años
Para gestionar cualquier cuestión con estos nuevos actores no es necesario acudir físicamente a una sucursal, puesto que todo puede realizarse desde el móvil y, de hecho, no disponen de oficinas cara al público. También hay bancos tradicionales que disponen de su propio neobanco, aunque algunos no los llamen así y oferten antes cualquier otro servicio que ese.
Los neobancos surgieron hace apenas cuatro años cuando alguien se dio cuenta de que la banca y la tecnología debían ir de la mano para acabar así con las tediosas gestiones personales y obtener mejores resultados, cuando buena parte de la banca tradicional seguía resistiéndose a modernizarse aprovechando los nuevos avances tecnológicos. Los bancos, como mucho, ofertaban sus aplicaciones móviles, pero no la posibilidad de ofrecer una gestión total a sus clientes estén donde estén. Algunos fueron más lejos y crearon bancos diferentes, bancos de nueva generación con sus propios servicios y circunstancias. Casi todos comenzaron sin licencia bancaria y por tanto aún no eran bancos, pero vieron que era necesario y la consiguieron, propiciando con ello una banca diferente, más moderna, más ágil y más de nuestros días.
Primeros actores
Es lo que le ocurrió al primer neobanco de España, N26, que empezó a ofrecer sus servicios en 2015 y un año después obtuvo su licencia bancaria, convirtiéndose a todos los efectos en un banco, pero con un concepto muy diferente del habitual. Ahora no solo operan en España, también lo hacen por toda Europa. Como suele ser habitual en este tipo de entidades, aunque no siempre, no ofertan créditos, tampoco hipotecas, ofrecen una cuenta bancaria con su tarjeta y la posibilidad de una gestión integral desde el móvil.
Tras ellos llegaron otros, como Monzo, Revolut o Atom Bank, éste participado por BBVA, o la fintech Rebellion Pay, la primera startup española con licencia de dinero electrónico en Lituania, un peldaño por debajo de la licencia de entidad financiera. Su público objetivo son los jóvenes, a los que ofrece "servicios de banca de una forma fresca, natural y cercana, sin letra pequeña y hablándoles como ellos nos hablan".
Y es que las grandes entidades bancarias de siempre no harán grandes alardes de estas posibilidades, pero le han hecho un guiño a los neobancos porque han comprobado que generaban clientes, que al fin y al cabo es de lo que se trata. Estos neobancos también tienen su especialización, y algunos se centran en empresas, otros en pymes, en autónomos, y hay quienes tratan de agruparlo todo. Algunos sí ofrecen depósitos, préstamos e hipotecas, como es el caso de Atom Bank, sobre todo los que tienen el respaldo de una gran entidad.
Dudas
Los detractores de esta nueva banca creen que los neobancos no ofrecen seguridad, puesto que muchos no disponen de presencia en España, y en caso de quiebra sería realmente complicado reclamar. Desde luego, habría que desplazarse hasta el país en cuestión en esos casos, aunque la legislación europea contempla que cada país debe disponer de un Fondo de Garantía de Depósitos por valor de 100.000 euros. La parte positiva de esto es que el dinero de los clientes se deposita en una entidad de dinero electrónico que no lo invierte, con lo cual en el caso de que el neobanco se estrelle, podría recuperarse la inversión. Sin duda, a fecha de hoy es más fácil que quiebre un neobanco que un banco.
Lo cierto es que este tipo de bancos no hace aún un lustro que llegaron, y hasta ahora todo han sido buenas noticias para ellos. Cada vez surgen más y ofrecen más servicios, y sin disponer de sucursales, lo cual abarata de manera extraordinaria los gastos de la entidad y limita el personal. Los neobancos son la nueva banca, pero a la vieja desvinculada de ellos aún le costará ponerse al día.
El último en llegar
El último neobanco en irrumpir en España es Qonto, cuyos objetivos son ambiciosos, pues tras presentarse este año confía en haber captado ya a 40.000 clientes a finales de 2020. Esta fintech gala ha empezado a prestar sus servicios de gestión bancaria a pymes, startups y autónomos en España. Ofrece cuentas corrientes 100% online y se vende como "una alternativa simple, eficaz y transparente" para pymes y autónomos. Su country manager en España, el barcelonés Carles Marcos i Guàrdia, resume así sus intenciones, al tiempo que pone de manifiesto cómo funciona este neobanco: “Las pymes han sido maltratadas por la banca comercial".
A pesar de que en España se crean unas 100.000 pymes al año, ofrecer a estas u otras empresas y particulares una gestión bancaria diferente a la tradicional es el gran éxito hasta ahora de nuevas entidades como Qonto, que aún deberán definir por completo hasta dónde quieren y pueden llegar. En los próximos doce meses, este neobanco espera lanzar una nueva ronda de financiación, tras haber captado más de 32 millones de euros con media docena de inversores.
Los neobanqueros aseguran que estas nuevas entidades surgen de la frustración de muchos clientes de banca descontentos con sus entidades, y así es en multitud de casos. La agilidad, la inmediatez en las gestiones y la accesibilidad son sus mejores avales hasta el momento y el tiempo dirá si, como parece, llegaron para quedarse.