Bimbo Donuts Iberia ha anunciado este miércoles que despedirá a 290 personas del grupo. Lo hará mediante un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en el que alegan “causas económicas, organizativas y de producción” para justificar los despidos.
Los sindicatos de la compañía tienen sobre la mesa el inicio del conflicto laboral. La filial española, que controla el gigante mexicano del mismo nombre de la familia Servitje, asegura que el proceso incluye “medidas de carácter social” y que en el periodo de consultas se mantiene la “firma voluntad” de “contar con los representantes de los trabajadores en la toma de decisiones”.
Menos ventas
Explican que el objetivo del ajuste de plantilla es el de “reorganizar la red comercial a España” para adaptarla a la “demanda actual”. Por lo que también se replantearán las rutas de reparto de la bollería industrial y el pan de molde que fabrican.
La cúpula reconoce que el mercado en el que opera Bimbo ha sufrido una “progresiva disminución” y que ahora vende menos kilos de productos. Atribuye esta realidad al incremento de la marca blanca, sin hacer ninguna referencia a los nuevos hábitos de consumo que se empiezan a imponer entre la población. Es decir, la proliferación de productos saludables y naturales en las dietas.
Nuevos productos
El grupo afirma que requiere el ERE para “dotarse de un modelo de negocio económicamente viable de cara al futuro”. No es la única medida que emprenderán para asegurar el negocio en España. La empresa también apuesta por la “investigación y el lanzamiento de nuevos productos que aporten un valor añadido al consumidor”.
En los últimos años también ha reorganizado la producción para sacar más partido de las factorías más rentables y llevar la actividad al mínimo de las que son menos ventajosas. Con todo, no ha conseguido abandonar el rojo de la cuenta de explotación. La dirección anuncia de forma recurrente que llegará a los beneficios, pero registra año tras año déficits elevados.
Pérdidas acumuladas de 200 millones
Desde 2009 las pérdidas acumuladas ascienden a los 263 millones de euros, de los que 200 millones aún se arrastran en el balance. En 2017, el último año con el ejercicio consolidado ante el Registro Mercantil, consiguió que las ventas se recuperasen y pasaran de los 264 a los 282 millones. Pese a esta alza, las pérdidas se incrementaron de los 13,3 a los 27,2 millones. El patrimonio del grupo se quedó en los 112 millones.