Nadie lo hubiera sospechado hace una década, cuando reventó la burbuja inmobiliaria, pero los constructores alertan de que en España hacen falta ahora miles de profesionales de la construcción: albañiles, carpinteros, instaladores… Y los necesitan ya debido a que la construcción repunta y lo hace a muy buen ritmo.

Las patronales de la construcción coinciden en que en nuestro país se demandan en la actualidad unos 10.000 profesionales en la construcción y es necesario formar a nuevos profesionales “para afrontar con éxito su transformación”. En España vuelve a construirse y algunos ya se habían olvidado de la posibilidad de trabajar en la industria del ladrillo.

El paro se cebó con el sector

El problema es que la construcción no atrae a los jóvenes porque hasta no hace mucho la demanda de profesionales era nula y no se planteaba como una opción, y menos de futuro, salvo en casos aislados. De hecho, buena parte de los profesionales del sector perdieron sus empleos hace una década, cuando la construcción se paró en seco en España.

Tras reactivarse la actividad en los últimos años, ahora se demandan miles de profesionales, pero la cualificación será impescindible para que se incorporen al mercado laboral porque las cosas han cambiado. La introducción de las TIC, la irrupción de nuevas tecnologías, la llegada de metodologías de trabajo colaborativas, la exigencia de nuevas habilidades o la incorporación de determinadas herramientas y soluciones, entre otros aspectos, están dando un giro a todo el mercado laboral en el campo de la edificación.

Nuevos perfiles

Se requieren nuevos perfiles profesionales para al menos los próximos 10 años, alertan los constructores, para afrontar lo que algunos han bautizado como construcción 4.0 a corto, medio y largo plazo.

Hay cuadrillas de trabajadores de la construcción que superaron la crisis trabajando de forma itinerante, allá donde se les necesitara, y aún prestan su servicio en diferentes comunidades autónomas dependiendo de las opciones de trabajo. Eso les ha permitido sobrevivir durante los duros años de la crisis inmobiliaria y son unos privilegiados, porque la destrucción de empleo se cebo con este sector y muchos de los que lo integraban se vieron obligados a reciclarse en otros trabajos. Ahora se les pide mayor especialización a estos trabajadores que resistieron a los años de enormes dificultades, cuando apenas se construía en nuestro país.

Estabilidad

Los constructores aseguran que ahora se da una estabilidad en el sector del ladrillo que permite atisbar el futuro con esperanza, un sector que tenía 208.477 empleados en el año 2007, se redujo a 43.277 en 2013 y se recuperó en parte hasta los 61.000 en 2018.

estos promotores recelan de que vaya a producirse una nueva burbuja inmobiliaria porque los bancos tendrían que volver a otorgar prestamos que superen el 100%, y eso no lo ven factible. Afirman, además, que existe una estabilidad mínima que permite ser optimistas. De ahí que consideren que la necesidad de incorporar a miles de trabajadores es real, aunque la cualificación ya no será la de antaño y se demandan profesionales más cualificados.