Los propietarios de una vivienda en Barcelona, a la hora de venderla, suelen indicar un precio muy por encima del valor que tiene en el mercado. Concretamente, los barceloneses sobreestiman su vivienda un 18% sobre el coste que recomiendan los profesionales. Y ello proviene, en la mayor parte de los casos, por la falta de información y por la relación sentimental con dicho inmueble.
Sin embargo, la sobrevaloración de las viviendas puede ser contraproducente para el propio dueño. Los expertos apuntan que lanzar un producto inmobiliario con un precio fuera de los estándares que maneja el sector en ese momento acaba siendo una "pérdida de tiempo", ya que la venta se retrasará y el vendedor acabará quemado de la espera, con la consecuente bajada de coste.
Tendencia estable
La sobrevaloración inmobiliaria en Barcelona se sitúa algo más baja de la media española. Los datos ofrecidos por el grupo Tecnocasa y la UPF en su último estudio sobre el mercado apunta que esta cifra se sitúa, a nivel nacional, en el 19%. Ambos datos se sitúan en línea con los obtenidos en 2018, que se encontraban un punto porcentual más altos en ambos casos.
La estabilidad del sobreprecio de pisos contrasta, sin embargo, con la evolución del valor de la vivienda. Tanto en Barcelona como a nivel nacional, el precio por metro cuadrado ha sufrido una ralentización, aunque sigue en subida. En la capital catalana ha pasado de crecer un 5% en el primer semestre de 2018 a hacerlo al 1,4% en el mismo periodo de 2019. En el caso de España, del 12,5% se ha pasado al 7%.
Inercia del crecimiento del pasado
¿A qué se debe este comportamiento desigual? El economista y consultor inmobiliario Gonzalo Bernardos apunta que el origen se encuentra en el desfase entre los últimos datos sobre el mercado y la percepción que el propietario tiene de éste. La situación económica de los inmuebles de Barcelona ha vivido un "periodo de crecimiento" y esta idea aún pervive en la mente de los que tienen una propiedad en su haber. A pesar de que ahora la tendencia sea diferente.
"Al propietario le cuesta dos años entender que el mercado ha cambiado", detalla Bernardos, por lo que aún cuenta con datos "antiguos" para fijar precios. Una idea en la que coincide Lázaro Cubero, director del departamento de análisis de Tecnocasa. El estudio de esta inmobiliaria detalla que, entre 2014 y 2017, la vivienda ha sido protagonista de "fuertes subidas" --el precio por metro cuadrado ha pasado de 1.992 euros a 2.847 euros--, y ello ha creado en los dueños unas "expectativas altas" del mercado que, en la actualidad "ya no se dan". Y además, asegura que "tales expectativas no se verán cumplidas, porque los precios se están estancando".
Un 'plus' de sentimientos y desinformación
Los tres expertos consultados coinciden en que la "desinformación", la "información poco rigurosa" e incluso el conocimiento que se tiene a nivel de vecinos que han vendido un piso influye en la sobrevaloración de la vivienda. "En muchas ocasiones los propietarios se quedan con la información que les interesa oír", apunta Marta Vilana, directora de área residencial de la inmobiliaria Forcadell. Y aconseja, al igual que Cubero, no equiparar oferta con precio de mercado. "Cualquiera puede publicar en internet una oferta sobrevalorada, pero de ahí a lo que se paga... el precio es muy diferente", declara el directivo.
A esta percepción se unen, además, aspectos intangibles que para el vendedor son "muy importantes" pero que, en el mercado, "no tienen valor ninguno". Con estos conceptos los expertos se refieren a la carga sentimental que hacen creer que "nuestro piso siempre es el mejor". Vilana explica que "convencer a un propietario para que ponga su vivienda a precio de mercado es muy complicado" debido a la "relación" que se crea con dicho espacio. Pero asegura que es algo que "se debe hacer por responsabilidad con el mercado".
A la 'caza' del cliente
Tanto Vilana como Cubero se muestran confiados en que esta sobrevaloración no trasciende al mercado, ya que los expertos --o la propia falta de interesados-- hacen entrar en razón a los propietarios para que adecúen el precio de sus viviendas al rango adecuado. No lo ve tan claro Bernardos, ya que asegura que en muchas ocasiones "el experto inmobiliario no dice lo que realmente vale porque no quieren perder el cliente". "Prefieren tener al cliente contento", asegura, y agrega: "Algunas agencias incluso se la compran, si ven que no se vende, por un precio algo más bajo que el que el propietario les dijo, la reforman y la vuelven a poner en el mercado para conseguir su plusvalía".
Ante este tipo de situaciones, ¿qué se puede hacer? En este punto, todos los expertos coinciden: lo mejor es acudir a profesionales y tener contacto con expertos en la zona en la que se sitúe la vivienda. La información es clave, por lo que recomiendan acudir a informes especializados y actualizados para conocer el estado del sector. Además, en el caso de ser comprador, siempre se debe "negociar el precio" y "no creerse nunca" la oferta de salida.