La huelga de trabajadores de Renfe convocada en el día de mayor tránsito de viajeros del verano, el puente de agosto, ha pasado casi inadvertida para los viajeros. Tanto el operador ferroviario como CGT, el sindicato convocante, indican que el seguimiento ha sido de poco más del 2%.
Para la organización del trabajo, resulta la consecuencia más lógica con unos servicios mínimos que habilitaban a sumarse a los paros a tan sólo el 7,15% de los empleados. Otros sindicatos del grupo señalan que también es debido a la baja incidencia de CGT dentro de la compañía, ya que es uno de los minoritarios.
Segundo de los cuatro paros
Se debe tener en cuenta que se trata del segundo de los cuatro paros parciales previstos para la temporada estival. En el primero se sumó CCOO, hecho que propició que las cifras de adhesión fueran algo mayores pero sin llegar a un porcentaje significativo.
Los retrasos o perjuicios para los viajeros han sido inapreciables en esta jornada. La mayoría de los usuarios desconocían la protesta laboral. Su planificación propició cancelar 227 trenes de los 601 previstos para este miércoles. Los servicios de Regional y Media Distancia han sido los más afectados con 221 trayectos cancelados, 55 de ellos en Cataluña. En AVE y Larga Distancia se han quedado fuera de la planificación 56 convoyes. Todos los pasajeros han sido reubicados y se han registrado tiempos de espera extraordinaria de alrededor de 45 minutos.
Reclamación laboral
CGT, que ha tildado de “salvajes” los servicios mínimos. Reclama incrementar la tasa de reposición de los trabajadores para mejorar los servicios prestados, que se reconozca el derecho a la conciliación familiar, se ponga el freno a la externalización de servicios y se blinde el derecho a la promoción interna.
El sindicato ha llamado de nuevo a la huelga parcial el viernes 30 de agosto y el domingo 1 de septiembre. En la última operación salida y en la jornada donde más personas regresan a casa tras las vacaciones de verano. Por el momento, mantiene ambas convocatorias.