Los pilotos de Ryanair que operan desde la base del Reino Unido de la aerolínea han anunciado dos huelgas en momentos álgidos de las vacaciones de verano. Pararán durante 48 horas a partir del jueves 22 de agosto y reanudarán las protestas el lunes 2 de septiembre. Pero en este caso, durarán 72 horas.
Así lo ha anunciado el sindicato británico Balpa, que ha conseguido el apoyo del 80% de los afiliados para sacar adelante la medida. El objetivo es llevar al límite al grupo para que se siente a negociar con ellos las mejoras en las condiciones laborales y la estructura salarial que hace años que se reclaman.
Reclamaciones de los sindicatos
Piden avances en los planes de pensiones, en los seguros que están a su nombre, dar un paso adelante en las condiciones que se ofrecen para la maternidad y unas retribuciones “justas, transparentes y consistentes”. Los sindicalistas dejan claro que han llegado a la convocatoria de huelga porque “la dirección de Ryanair no entiende cómo trabajar con nosotros de manera constructiva ni cómo negociar”.
Aseguran que la compañía fundada por Michael O'Leary se ha negado a sentarse con ellos y no les ha remitido ninguna oferta ante el conato de conflicto laboral que se vivía. Y no se trata de ninguna novedad. Los portavoces de Balpa aseguran que la aerolínea ha mantenido durante décadas esta política.
Recorte de plantilla
Lamenta que la falta histórica de diálogo ha llevado a que la compañía “no cuente con acuerdos estándar que cualquier sindicato esperaría encontrar en un espacio laboral”. No existe ningún acuerdo marco que se pueda analizar que ahora se exige.
El conflicto laboral en Reino Unido explota en una semana después de que Ryanair comunicase que piensa despedir a 500 pilotos y a 400 tripulantes de cabina. Mantuvo que el recorte de plantilla respondía al impacto del Brexit, el encarecimiento del combustible y el retraso en la entrega de los aviones Boeing 737 Max con los que espera operar. En España, esta reestructuración amenaza la continuidad del aeropuerto de Girona, Las Palmas y Tenerife Sur.
O'Leary reconoció que todo ello ha propiciado que los beneficios de la firma cayesen el 21% en el cierre de su primer trimestre fiscal. Se quedó en los 243 millones de euros.