Los propietarios de Glovo, Oscar Pierre y Sacha Michaud, están cerca de dar un pelotazo. La startup española de reparto de comida a domicilio está en el punto de mira de sus competidoras Uber y Deliveroo, que han mantenido conversiones con el objetivo de hacerse con la compañía con sede en Barcelona y concentrar fuerzas en un sector que no deja de crecer.
A pesar de los escándalos que han rodeado a Glovo en los últimos meses, como la muerte de un rider de 22 años o la huelga de repartidores, según adelanta Bloomberg, el momento de consolidación del sector ha impulsado el interés de grandes compañías por hacerse con la empresa, que orienta su expansión a América Latina.
Nuevas fusiones
Los pasos iniciados por Uber y Deliveroo se producen pocos días después de conocer la fusión entre Just Eat y Takeaway en una operación valorada en 5.400 millones de euros y que generará una de las mayores plataformas de reparto del mercado.
Así, Glovo, valorada en 850 millones y con presencia en Europa, África y América Latina, es una de las compañías más codiciadas. No obstante, según las fuentes citadas por Bloomberg, la firma no busca comprador por el momento, si bien es cierto que se han entablado contactos con el fondo de inversión japonés Vision Fund para llevar a cabo una nueva ronda de financiación.
Glovo, sin beneficio en 2018
Este fondo podría dejarse varios cientos de millones de dólares en Glovo una vez que logre consolidar su segundo vehículo de inversión, que cuenta con el respaldo de Microsoft y Apple. Así, aunque desde la compañía de reparto no han querido hacer declaraciones, queda patente el ansia expansionista de una empresa que cerró 2018 con una facturación de 75 millones de euros y no logró beneficios.
El pasado julio, Glovo cerró un acuerdo con Carrefour para entregar las compras en menos de 30 minutos. Asimismo, se trata de una plataforma muy extendida por el sur de Europa, mientras que Uber Eats domina el mercado estadounidense y Deliveroo controla el Reino Unido.