Segundo golpe de efecto de Albert Batlle contra el top manta en Barcelona. El teniente de alcalde de Seguridad ha dado un puñetazo sobre la mesa contra la venta ambulante y ha desmantelado los mercadillos del paseo Joan de Borbó, en la Barceloneta, el Paseo de Gracia, la plaza Catalunya y el paseo de Colón, entre otros.
Según ha avanzado la Cadena SER, hasta 150 agentes del Área Regional de Recursos Operativos (Arro) de los Mossos d'Esquadra, de la Unidad de Refuerzo y Proximidad (URPE) de la Guardia Urbana y de las unidades de playas y Policía Portuaria han limpiado la aglomeración de manteros en estas zonas. El dispositivo llega tras una nueva pelea entre vendedores ambulantes y turistas en la zona del monumento a Colón, tal y como avanzó ayer Metrópoli Abierta.
Segunda en 6 días
La macrooperación contra los manteros de Barceloneta llega solo seis días después de que el nuevo responsable de Seguridad del Ejecutivo local de Barcelona aprobara otra intervención contra la venta en la calle en la plaza de Catalunya en la que participaron decenas de agentes de la Guardia Urbana. De aquella primera actuación quedó constancia en un espectacular vídeo al que pudo acceder este medio.
Las dos operaciones simbolizan la nueva estrategia del gobierno municipal de la ciudad condal contra la venta ambulante. La presión creciente que está ejerciendo la Guardia Urbana en colaboración con otros cuerpos policiales se produce también entre nuevos episodios de agresividad de los vendedores. Éstos se enfrentaron a la autoridad cuando los agentes les decomisaron la mercancía en el paseo de Gracia el 18 de julio.
En campaña, nada
La nueva actitud del equipo de Albert Batlle contra este fenómeno también consigna un giro con respecto a dos meses atrás, en la precampaña y campaña electoral de las elecciones municipales del 26 de mayo. El gobierno municipal, copado entonces por Barcelona en Comú, confinó a los manteros en el paseo Joan de Borbó, desplazándolos de la zona del monumento a Colón y paseo de Colón. Allí se negó a solicitar la ayuda de la Policía Portuaria para desalojarlos.
Ello provocó la ira de varios grupos municipales, incluido el PP. Su cabeza de cartel y ahora concejal, Josep Bou, exigió una intervención contra las "galerías Colau" en la zona. El cabeza de lista de los populares acusó a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de provocar un "efecto llamada" y abogó por una solución humana para los "vendedores".