La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha decidido imponer dos sanciones graves a la cúpula de Qrenta, la agencia de valores encabezada por Jordi Martí Taulé. El regulador reconoce la mala praxis del equipo que lideraba en dos cuestiones concretas que han motivado dos investigaciones paralelas en los últimos meses.
La primera de ellas hace referencia a las “prácticas de manipulación de mercado en determinados periodos de los años 2015 y 2016”. Concretamente, de las inversiones que iban dirigidas a varios valores del MAB. El regulador considera probado que la dirección usaba los recursos de sus clientes para sufragar determinados proyectos de firmas que cotizaban en este selectivo, ideado para pymes. Incluso se llegó al extremo de cubrir peticiones de salidas con entradas que se gestionaban desde las mismas oficinas de la avenida Diagonal de Barcelona.
Conflictos de intereses
Todo ello alteró lo que habría sido la evolución normal en el parqué de empresas como Home Meal Replacement (Nostrum), Enerkia Global Energy, Inkemia, Inclam, Eurona o Asturiana de Laminados, entre otros. Además, la cúpula de Qrenta realizó una “inadecuada gestión de conflictos de interés en la operativa y asesoramiento sobre valores cotizados”.
En este caso, la CNMV señala que el periodo donde pudo comprobar que se realizaba esta práctica fue entre el 1 de enero de 2017 y el 30 de septiembre de 2017. Destaca que existen “deficiencias en la llevanza de los registros de órdenes y sus justificantes”, además de encontrar “otras incidencias sobre organización interna y aspectos de control”. Apunta al hecho de que las inversiones que se ordenaban eran en empresas del MAB donde los propios gestores de fondos ejercían cargos directivos.
Querella penal
Todas estas malas praxis que se han detectado en el equipo de Martí Taulé son las que están integradas en la querella que ha presentado la socia de CHR Legal María Jesús Hernández Elvira en los Juzgados de Barcelona. Acusa a los principales directivos de administración desleal y estafa al quebrantar la confianza de un inversor con el que se habían comprometido a gestionar una cartera tranquila y se expusieron de forma mucho mayor a operaciones de riesgo.
Entre otras, desde Qrenta habrían destinado fondos a todas estas compañías del MAB con una operativa que incluso implicaría el cobro de comisiones a cambio de inversores. A este ánimo de lucro ilegal se le sumaría la participación en los órganos de gobierno de las compañías que derivaban en intereses cruzados. De hecho, en el escrito se mantiene que la gestora de fondo primó sus objetivos como compañía a la de los clientes que les habían prestado sus fondos.
Demanda civil
No es el único proceso judicial que está abierto contra la compañía, ya que se trabaja en una demanda por lo civil con el objetivo de recuperar las inversiones que perdieron sus representados. Enmienda los mismos comportamientos de la dirección de Qrenta.
Actualmente la agencia de valores no puede operar como tal, sólo puede gestionar los activos que aún le quedaban. Deberá hacer frente a las sanciones de la CNMV mientras prepara la defensa para la batalla legal que está en ciernes.