La empresa de patinetes eléctricos Wind Mobility aterriza en Barcelona. Este martes inicia su servicio de movilidad compartida en la capital catalana, que será su nueva sede central en Europa, hasta ahora situada en Berlín (Alemania). Un traslado que se produce después de que la compañía germana haya levantado 50 millones de dólares en una ronda de financiación.

El servicio en la capital catalana se ha lanzado en colaboración con espacios privados. Entre ellos, una veintena de aparcamientos de Saba y Bamsa, edificios de oficinas, campus universitarios o centros comerciales. La compañía funciona a través de una aplicación móvil que los usuarios tienen que descargar para utilizar sus vehículos. 

Aparcamiento

Gerard Sellarès, responsable de Wind en el sur de Europa, ha avanzado que mantiene conversaciones con "varios actores claves de la ciudad" para incorporar nuevos espacios de aparcamiento en los próximos días, ya que la normativa de la Ciudad Condal no permite este tipo de actividad en el espacio público, y está penado con multas de hasta 200 euros. 

El precio de uso de los patinetes Wind en Barcelona es de 0,2 euros cada minuto, aunque la empresa penalizará con 100 euros a quienes finalicen sus viajes fuera de los espacios de aparcamiento definidos en la app.

Sede central

Su inicio de actividad en la ciudad coincide con el traslado de su sede central europea a la capital catalana. Así, aunque la oficina de Berlín seguirá acogiendo los departamentos de atención al cliente, finanzas y legal, toda la actividad operacional y de negocio, así como toda la parte tecnológica, se liderará desde Barcelona.



"Teníamos varias ciudades en mente, pero estamos convencidos de que Barcelona es la ciudad ideal para nosotros", apunta el director de operaciones de la compañía, Matt Turzo. Wind cuenta por ahora con una veintena de trabajadores en Barcelona, aunque su objetivo es ampliar el equipo a medida que se consolide su actividad en la ciudad.