España lidera el primer puesto en robos en comercios minoristas de Europa. Vinos, licores, quesos, carne, cosméticos o perfumes son los artículos más codiciados que suelen desaparecer sin pasar por caja. Las pérdidas, tanto conocidas como desconocidas, alcanzan el 2% de las ventas totales, frente al 1,44% de media del continente.
El coste de la delincuencia supuso un coste de 35.000 euros en pérdidas más otros 14.500 euros en inversión en seguridad, un impacto total de 49.500 euros anuales para los retailers. Así lo asegura un informe de la compañía Crime&tech que ha estudiado el comportamiento de este fenómeno en 22.557 comercios repartidos en 11 países de Europa entre 2015 y 2017. El sector que sufre más afectaciones es el de la alimentación, seguido del textil y de las estaciones de servicio.
Más fraude en los grandes núcleos
Los comercios que más robos y hurtos padecen son los que se sitúan en áreas urbanas con un importante núcleo de población y donde las rentas son más bajas. Además, las tiendas en calles con fuerte trasiego de personas, las cercanas a estaciones de trenes y metro o las que cuentan con sistemas de autopago, presentan un fraude mayor.
“La lucha contra el fraude es más importante que nunca. El hecho de que la cuantía de la delincuencia y la merma sean equiparables al volumen de negocio del cuarto mayor retailer de Europa es algo que no debe tomarse a la ligera”, señala el director general de Checkpoint Systems en España, David Pérez.
España, a la cabeza
Los comercios minoristas españoles son los que sufren un mayor impacto entre los 11 países seleccionados por el informe. El 2% de las ventas entre 2015 y 2017 fueron robadas. Le sigue de cerca los Países Bajos --1,9%-- y Francia --1,7%--, mientras que Alemania fue el que recibió una menor merma, del 1%. No obstante, las preferencias de los hurtadores europeos son otras: electrónica, moda y belleza.
En cuanto al modus operandi más común, el 52,8% de las veces se produce mediante la amenaza de fuerza. El 22,2% de los robos fueron con arma blanca y el 16,7% con arma de fuego. En el 8,3% se empleó la violencia física. Asimismo, el fraude también afecta a la cadena de suministro a los comercios. El informe se hace eco de que más de dos tercios de los encuestados alegan problemas en este tramo, ya sea con los servicios logísticos, la limpieza o el personal de seguridad.